
Las ideas y conceptos deberían plasmarse, en caso de que la dirigencia adhiera, en leyes y normativas que deberán ser tratadas en el Congreso Nacional, dejando atrás, si fuera posible, el antecedente de la denominada “Ley Bases”, que naufragó por la resistencia de los líderes territoriales.
Milei incluyó en los 10 ejes varios de los temas que incluyó en aquel paquete frustrado y en el DNU que se encuentra en buena parte frenado por la Justicia. Escritos en un tipo de cursiva específico y volcados en un documento formato antiguo, rezan: “La inviolabilidad de la propiedad privada; el equilibrio fiscal innegociable; la reducción del gasto público a niveles históricos, en torno al 25 por ciento del PBI; una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva, simplifique la vida de los argentinos, y promueva el comercio; la discusión de la coparticipación federal de impuestos para terminar para siempre con el modelo extorsivo actual; una reforma laboral moderna que promueva el trabajo formal; una reforma previsional que le dé sustentabilidad al sistema, respete a quienes aportaron y permita, a quienes prefieran, suscribirse a un sistema privado de jubilación; una reforma política y la apertura al comercio internacional, de manera que la Argentina vuelva a ser una protagonista del mercado global”.
El jefe de Estado eligió anunciar su iniciativa en la significativa ceremonia de apertura del año político y cambió el horario al prime time nocturno para llegar a la mayor cantidad de argentinos-televidentes con el mensaje que busca dividir aguas. Su objetivo, al acumular mayor visibilidad, fue exponer a la dirigencia ante la opinión pública sobre la que, dado que no tiene estructura ni territorio, apoya de manera casi excluyente su legitimidad.
La iniciativa es el resultado de una evaluación que realizó junto a su principal asesor, el consultor Santiago Caputo, y que mantuvo en secreto para la mayor parte del Gabinete hasta el último momento. Incluso, varios ministros y secretarios se enteraron de la “sorpresa” que contenía el discurso pocas horas antes de que lo pronunciara. Y las segundas líneas dudaron hasta último momento sobre la posibilidad de que fuera una medida económica. Al final, el anuncio sobre el que se especuló durante toda la semana fue cabalmente político.
Con las sesiones ordinarias inauguradas, en Gobierno adelantaron los pasos a seguir en el ámbito parlamentario. En paralelo a la convocatoria a las primeras conversaciones políticas para firmar el pacto, presentarán una “ley Ómnibus” reducida a los puntos sobre los que ya lograron consenso en el debate de enero y febrero, que incluiría la reforma del Estado, medidas de desregulación; privatizaciones (sería el punto más problematico); el régimen “RIGI”, que otorga diversos beneficios a proyectos de actividades con potencial exportador; y la promoción de un régimen de grandes inversiones para impulsar actividades como la minería (con el litio como protagonista) y la explotación de hidrocarburos. Presentarían el famoso paquete de “alivio fiscal” como moneda de cambio para que las provincias respalden al oficialismo. Y dejarían para junio, en caso de que se firme el acuerdo, el resto de las medidas. Hoy creen que su “jugada maestra” no les dejará margen a los mandatarios del interior para retobarse.
Al primero del mes de marzo del año de Nuestro Señor 2024, con los representantes del pueblo reunidos en el Congreso de la Nación, ante la mirada del Eterno, declaramos la necesidad de un nuevo pacto fundacional para la República Argentina.
El Presidente de la Nación, Javier Milei, convoca a las veintitrés provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a firmar el día 25 de mayo del presente año, en la jurisdicción de Córdoba, corazón productivo de nuestra Patria, un acuerdo de diez puntos que reconstituye las Bases de la Argentina.
Estos lineamientos estarán sujetos a la aprobación previa de la presentada “Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos” y un nuevo pacto fiscal.
1. La inviolabilidad de la propiedad privada.
2. El equilibrio fiscal innegociable.
3. La reducción del gasto público a niveles históricos, en torno al 25% del Producto Bruto Interno.
4. Una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva, simplifique la vida de los argentinos y promueva el comercio.
5. La rediscusión de la coparticipación federal de impuestos para terminar para siempre con el modelo extorsivo actual.
6. Un compromiso de las provincias de avanzar en la explotación de los recursos naturales del país.
7. Una reforma laboral moderna que promueva el trabajo formal.
8. Una reforma previsional que le dé sustentabilidad al sistema, respete a quienes aportaron y permita, a quienes prefieran, suscribirse a un sistema privado de jubilación.
9. Una reforma política estructural que modifique el sistema actual y vuelva a alinear los intereses de los representantes y los representados.
10. La apertura al comercio internacional, de manera que la Argentina vuelva a ser una protagonista del mercado global.
Dios bendiga a todos los argentinos y nos otorgue la sabiduría y la fortaleza necesarias para superar los desafíos que enfrentamos como sociedad, y construir un futuro próspero para nuestra Nación. Que las Fuerzas del Cielo nos acompañen.
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