Una línea de producción de máquinas blancas custodiada por trabajadores inserta pequeñas piezas casi imperceptibles a la vista en una seguidilla de placas. Justamente estas placas, que son importadas como otras partes de los electrodomésticos, son la semilla de la industria electrónica de esta provincia, que pone los componentes y demás elementos para fabricar microondas, teles, celulares, aires acondicionados, postnets, sistemas de climatización y radios de autos.
Esta industria es una de las más importantes de la isla, ya que emplea a 8000 personas y significa un 20% de la recaudación provincial. A nivel continental no tiene competencia, ya que el diferencial son los beneficios impositivos instaurados hace más de 40 años por el Régimen General de Tierra del Fuego, que tuvo como objetivo primordial poblar el territorio. Y, particularmente, el sub régimen de promoción industrial prorrogado en 2021 hasta 2038. Sin embargo, más allá de la prórroga, esta condición volvió a ser puesta en discusión en el último tiempo por el candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, e incluso por el oficialista, Sergio Massa.
“Desgraciadamente, el presupuesto argentino tiene un paquete de beneficios tributarios y presupuestarios que están afectados centralmente a beneficios empresarios, a sectores económicamente muy concentrados”, dijo el ministro en una conferencia con la prensa extranjera que tuvo lugar el 23 de octubre pasado. Allí, planteó la necesidad de que el presupuesto, que contiene un déficit fiscal primario del 0,9% del PBI, se sancione con un resultado primario superavitario del orden de 1% del PBI y que ese superávit surja del tratamiento de la separata.
En particular, según el documento, el régimen de Tierra del Fuego -vigente desde 1972 por la ley 19.640- costaría el próximo año $1.145.845 millones, equivalentes al 0,33% del PBI, o US$3273 millones al tipo de cambio oficial.
Este cálculo, sin embargo, es cuestionado por fuentes ligadas a las empresas electrónicas, porque dicen que el Ministerio de Economía no informa cómo llega a ese número y si corresponde al régimen general o al sub régimen industrial. Cabe aclarar que el régimen es más abarcativo y exime de pagar IVA y Ganancias por cualquier consumo en Tierra del Fuego, mientras que el sub régimen tiene que ver con cómo ingresan los bienes a la isla, es decir, sin pagar IVA ni aranceles.
Según cálculos de Fundar -que son más conservadores que los de Economía-el sub régimen implicaría US$1070 millones anuales, que representan un 85% del costo total del régimen.
Pero, a este costo, habría que restarle el aporte de US$100 millones que hacen anualmente las empresas al Fondo para la Ampliación de la Matriz Productiva Fueguina instaurado en 2021, que busca diversificar los sectores económicos en la isla y también los impuestos internos que las compañías pagan, además del aporte en términos de contribuciones patronales.
“Hay que explicarles a los legisladores que el régimen no es un subsidio y que, si se quitan los beneficios y la industria electrónica deja de existir, el Ejecutivo va a tener que aumentar el dinero que envía a la provincia por la coparticipación”, dijeron desde las compañías.
Sin embargo, la separata quedó en suspenso tras una reunión informativa de la Comisión de Presupuesto y recién se trataría después de las elecciones, juntamente con la ley de presupuesto. Es decir que no se sabe si Massa avanzaría sobre la reducción de los beneficios del régimen o no
La postura del candidato de La Libertad Avanza también es ambigua. En una entrevista al canal de noticias TN realizada el año pasado, Milei había calificado a la promoción de Tierra del Fuego como “una estafa a los argentinos de bien” y había asegurado que, en caso de llegar a la presidencia, desecharía la ley de promoción.
Pero, recientemente, tras las PASO, dijo en Radio Continental que “el problema no son los impuestos que no paga la isla, sino los impuestos que paga el continente”, y que extendería la situación de Tierra del Fuego al resto del país.}
“Lo que nosotros estamos proponiendo es ir a un fisco previo a la llegada del kirchnerismo. El kirchnerismo fue lo peor que le pasó a la Argentina. Hicieron un desastre en materia de política fiscal y nos taparon la cabeza con el Estado. Y sucede que, cuando vos proponés lo que nosotros llamamos el plan motosierra, salen y se quejan todos. Es verdaderamente insultante lo que pasa en la Argentina”, opinó.
Este cambio de postura fue criticado tanto desde el peronismo como desde Juntos por el Cambio. “Adoptando rápido las prácticas de la casta, Milei cambia de postura con respecto al Régimen de Tierra del Fuego. Igual lo que dice engaña: es precisamente la excepción impositiva diferencial lo que mantiene la actividad industrial en la isla. Si en el resto del país no se pagara IVA ni aranceles de importación, como en Tierra del Fuego, se pasaría a importar todo lo que se produce allá. La actividad industrial en Tierra del Fuego se mantiene precisamente por el tratamiento diferencial. Sería volar el régimen, sin plan de desarrollo alternativo”, dijo en sus redes Juan Carlos Hallak, exsubsecretario de Inserción Internacional entre enero de 2019 y diciembre del mismo año.
En tanto, el intendente de Río Grande, Martín Pérez, sostuvo que, si bien se desdijo, Milei manda señales negativas al hablar de abrir importaciones. “Durante el gobierno de Mauricio Macri perdimos 10.000 puestos de trabajo en la provincia y se dejaron de producir notebooks y no bajaron precios. Hoy hay un know how acá”, esgrimió, y agregó que para él, la cuestión de la soberanía que dio origen a la ley no está saldada.
En la práctica, diversas crónicas periodísticas de aquel momento retrataron una baja en los precios en términos reales. “Sin industria no sé si tendríamos tanta población. En los años 80, había 13.000 habitantes, de los cuales la mayoría eran chilenos, y hoy somos 190.000”, cerró.
El modelo de promoción industrial de Tierra del Fuego no es único en el mundo. La comparación más cercana es la zona franca de Manaos en Brasil, que fue concebida en 1965 para generar el desarrollo económico y social de la Amazonía Occidental.
En México también existe un régimen especial, conocido como Industria Maquiladora de Exportación (IME), en la frontera norte de ese país y que fue concebido, del mismo modo que el argentino, con fines estratégicos, sociales y económicos.
También en Hungría, República Checa, Polonia y República de Eslovaquia se crearon regímenes nacionales de fomento para la industria y el desarrollo, en cabeza de las Agencias de Promoción de cada uno de esos países, que otorgan subsidios a la inversión e incentivos a la creación de empleo.
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