Santiago Marfil, profesor del taller de Cubo Rubik en el Polo Creativo de Tierra del Fuego, compartió con Minuto Fueguino la emocionante participación de sus alumnos en el Sudamericano de Speedcubing, celebrado en Buenos Aires.
En primer lugar, Santiago Marfil comentó sobre el origen del taller “acá en el Polo Creativo damos talleres de cubo ya hace más de un año. Arrancó como una excusa para entrar en lo que son los algoritmos y la programación. Pero, bueno, eventualmente la disciplina fue llevando cada vez más adeptos. Y eventualmente creamos el club de cubo donde participan acá los chicos y se fue dando todo”.
En esa línea, hizo hincapié en la participación de sus alumnos en el Sudamericano de Speedcubing y dijo “el año pasado terminamos armando un evento en donde hicimos el primer torneo oficial acá en la provincia de Tierra del Fuego y tuvimos la oportunidad este año de ir hacia el Sudamericano que se dio en la Universidad de Itela la semana pasada”.
Sobre la convocatoria al Sudamericano, el profesor detallo que “en los torneos de la disciplina de Speedcubing se puede participar, digamos, más allá de que inclusive había gente que no era de Sudamérica pero que participaba igual. Solamente que no se pueden ganar premios. En el caso de los chicos, como nosotros sí somos parte de Sudamérica, sí teníamos esa posibilidad. Pero en la disciplina, acá hay muy buen nivel en Sudamérica y entonces, obviamente, hemos quedado muy satisfechos con el rendimiento. Pero todavía falta para llegar a los podios”.
Al ser consultado sobre por qué los jóvenes eligen esta disciplina, Marfil mencionó que “el Speedcubing es una disciplina, la verdad, que es muy linda ya que se fomenta mucho el compañerismo, la competencia con uno mismo, la mejoría constante y, bueno, también desarrolla muchísimas habilidades, tanto motrices como, bueno, también cognitivas y sociales también. Y la verdad que, más allá de ser una disciplina por ahí no tan conocida, la comunidad que forma al Speedcubing, por lo menos acá en Argentina, es realmente una comunidad muy linda en la que uno puede, digamos, realmente confiar y puede estar muy cómodo”.
Por otro lado, Luciano, uno de los participantes, compartió su experiencia y sus inicios en la disciplina y dijo que todo comenzó “porque en mi casa tenía un cubo y quise aprender a armarlo y lo aprendí. La gente que arma el cubo así rápido. Sí, de gente de otra parte, de Brasil, de Estados Unidos”. Él, junto con su compañero Pablo, mostró un gran desempeño en varias categorías del torneo, como el 3x3 con una mano, donde Luciano está rankeado número 77 de Sudamérica.
Asimismo, Pablo, otro participante destacado, recordó cómo comenzó su interés por los Cubos Rubik “mi papá me había mostrado el cubo Rubik desde pequeño. Y después yo fui armando primero la cara. Y después, banda de años, dejé después de armar la cara. Y después regresé a intentar armarlo completo. Y gracias a mi papá. Papá puede estar acá”. Además, relató su experiencia en el Sudamericano: “Y después conocí a chilenos, a un chileno llamado Mateo, que era buena onda, los chilenos. Tenían una rentada, y tenían una rentada más mucha gente. Y bueno, me hice amigo de un chileno, y que al final me regaló unos cubos para que yo practique, para no olvidarme de quien me lo regaló”.
Por último, Santiago Marfil también habló sobre los tipos de cubos utilizados “los cubos hoy en día ya tienen muchísimos formatos. Bueno, justamente las categorías se dividen según el cubo que se utiliza. Tenemos cubos como este, que es un 3x3, que es el clásico. Después hay cubos como este, que es un 4x4. Y así tenés toda la progresión desde el 2x2 hasta el 7x7. Después hay cubos como este, que se llama Skew. Es un cubo que tiene muchísimos menos movimientos, y entonces es bastante rápido. Y también cubos más complejos, como este de acá, que hace Pablo, que se llama Megaminx. En el cual, por ejemplo, nosotros acá en Argentina tenemos el récord mundial de esta categoría. Y con suerte vendrá el torneo en Ushuaia”, concluyó.
Actualmente, la comunidad de Speedcubing en Tierra del Fuego está creciendo rápidamente, con alrededor de 15 a 20 personas ya formadas en el arte de armar cubos y muchas más interesadas en aprender y competir en el futuro. Esta disciplina no solo es un pasatiempo divertido, sino también un medio para desarrollar habilidades valiosas y formar parte de una comunidad acogedora y apasionada.
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