La expansión de la pilosella, una planta de aspecto inofensivo pero devastadora para el ecosistema, ha puesto en riesgo la biodiversidad y la actividad agrícola en Tierra del Fuego. Proveniente de Europa, esta maleza invasora ha llegado impulsada por el viento desde Chile y está impactando de forma alarmante en los campos fueguinos, comprometiendo la producción ovina y bovina.
Recientemente, en Estancia Sara, en Río Grande, se llevó a cabo una reunión entre productores, autoridades provinciales y municipales, el INTA y representantes de la empresa Tecnomyl, con el objetivo de analizar la situación y coordinar acciones conjuntas para combatir esta plaga. Enrique Livraghi, ingeniero del INTA, quien alertó hace décadas sobre el potencial peligro de esta especie, expresó su preocupación por el impacto en los campos, que han dejado de producir pastura natural para las ovejas, afectando al sector ganadero.
Para enfrentar la invasión de la pilosella, se están explorando alternativas como el control biológico y el apoyo técnico de ingenieros agrónomos, biólogos y docentes universitarios. Facundo Armas, secretario de producción de la Municipalidad de Río Grande, indicó que "la preocupación es generalizada en toda la provincia, ya que los campos infestados pierden su flora nativa, lo que afecta el equilibrio ecológico de la región."
La lucha contra esta maleza ha unido esfuerzos de expertos de distintas provincias argentinas, quienes han ofrecido su conocimiento para mitigar el avance de la pilosella en la Patagonia.
Compartinos tu opinión