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Antártida: cómo serán los tres laboratorios con tecnología nacional

Con más de 119 años de presencia en la Antártida Argentina el Estado Nacional continúa invirtiendo en desarrollos científicos y tecnológicos con calidad de exportación. Tras la visita ayer del presidente Alberto Fernández a Base Marambio, también se conoció una novedad: este año se concretará una nueva hazaña en los confines del mundo con el despliegue de tres nuevos centros científicos en una región de clima hostil al sur del territorio argentino. Los ministros de Defensa, Jorge Taiana, y de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, recorrerán hoy las bases antárticas Petrel y Esperanza, ambas pertenecientes al país, tras haber anunciado este hito.

Se trata de los nuevos Laboratorios Antárticos Multidisciplinarios de 120 metros cuadrados, junto a dos refugios en las islas Vega y Cerro Nevado cercanos a la base Marambio que durante los meses de febrero y marzo de 2023 serán desplegados en las bases San Martín, Esperanza y Orcadas –la más antigua de la Antártida dedicada a la ciencia– y estarán destinados a investigaciones y tareas científicas del Instituto Antártico Argentino.

Este ambicioso proyecto forma parte del plan “Construir Ciencia”, se lleva a cabo con fondos de la cartera de Ciencia, Tecnología e Innovación que destinó $310 millones para el desarrollo de los laboratorios, está a cargo del Ministerio de Defensa de la Nación y fue impulsado por la cartera de Ciencia, el Instituto Antártico Argentino (IAA), el Comando Conjunto Antártico (Cocoantar) y la Fundación General Manuel N. Savio.

El proyecto, desde su concepción mantuvo como requisitos indispensables la elección de materiales eficientes y que sean de industria nacional, bajo un sistema de construcción modular para poder asegurar su construcción (ensamble) en un tiempo récord de máximo dos meses -en temporada de verano, debido a la hostilidad del entorno y las inclemencias climáticas de la Antártida - que puedan ser fácilmente transportables, de gran resistencia, que requieran mínimo mantenimiento y tengan una larga vida útil.

Los tres laboratorios fueron desarrollados por operarios militares y cuentan con la máxima tecnología de industria nacional, construido con materiales eficientes, livianos y resistentes. La estructura de cada módulo una vez armada es un domo romboide de formas rectas, como una cápsula cuadrada de color blanco con capacidad para 25 investigadores que podrán llevar adelante sus tareas asilados del clima inhóspito de la Antártida. Su única función es operativa para el trabajo de los científicos ya que no están acondicionados para pernoctar en esas unidades, sino que ese rol lo cumplirán los dos refugios que acompañarán a cada laboratorio.

Se trata de estructuras metálicas desmontables y abulonadas. En su interior cuentan una parte de servicios con una cámara de aire para la calefacción, cloacas, dos puertas de acceso, el depósito, las instalaciones científicas y un reservorio de agua. Las ventanas son de PVC,herméticas y las más eficientes energéticamente en el mercado de las carpinterías a nivel mundial y cuentan con doble vidrio (DVH) para que no se sucedan filtraciones de frío polar o pérdida de la temperatura interior.

En 15 de enero las estructuras comenzaron su traslado en la bodega del rompehielos ARA Almirante Irízar y en el mes de febrero de descargaron en el continente las piezas que ya se están ensamblando en la Antártida, aprovechando el período ventana de dos meses que permiten las condiciones meteorológicas del verano en la zona para el montaje y acondicionamiento de los laboratorios.

Los bulones utilizados son térmicos y recubiertos de plástico para que a través de los tornillos de metal no traspase el frío. La altura total de cada módulo es de 9,5 metros (casi tres pisos), mediciones que tienen que ver con las condiciones del suelo por la acumulación de hielo y nieve, y que permiten mantener calefaccionadas las unidades de manera adecuada.

Cada laboratorio tiene una superficie de 120 metros cuadrados y fueron construidos en su totalidad por profesionales de la Dirección de Ingenieros del Ejército y del Comando Conjunto Antártico (Cocoantar) durante el 2022 y en esta última etapa del proyecto el personal del Ejército tiene a su cargo el desafío de montar las piezas en un tiempo que es muy acotado para la actividad antártica.

La tecnología empleada fue pensada para manipular la menor cantidad de materiales teniendo en cuenta la hostilidad en las condiciones del desierto de hielo y debido a los materiales elegidos para su construcción no requerirá soldaduras o perforaciones en el frío antártico, los módulos simplemente se encastran al igual que las carpinterías elegidas de Tecnoperfiles, empresa líder en argentina y la región en fabricación de perfiles para carpinterías de media y alta prestación.

Los laboratorios cuentan con un total de 81 aberturas compuestas por 12 módulos combinados exteriores, más 12 ventanas interiores y tres compuertas interiores de PVC fabricadas por Kloss Aberturas, que tuvo a su vez la tarea de capacitar a los trabajadores que se encargaron de la ejecución y construcción de cada módulo de manera de obtener las ventanas con mayor hermeticidad, seguridad, estanqueidad, aislación térmica con el consecuente ahorro y eficiencia energética, para lograr el mayor confort para sus habitantes en un territorio inhóspito que puede alcanzar los -30°.

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