Mercedes Czezowski, es docente de la capital fueguina e hizo referencia a los cambios en la profesión provocados por la pandemia y la imposibilidad de dictar clases presenciales, al respecto dijo que ¨La pandemia transformó a todos los docentes. Muchos de nosotros bregábamos porque el sistema presencial fuese el más valorado y el mejor. Y tuvimos que aprender muchas cosas, entre ellas usar esa tecnología que a veces rechazábamos”.
Según Czezowski, “no es lo mismo” el contacto físico con los alumnos, escuchar sus voces u observar sus miradas de manera presencial, que la experiencia de la comunicación a través de pantallas.
“Esa parte se perdió. Incluso a mí me sigue resultando violento ingresar tanto dentro de los hogares y de las familias. El celular que antes se utilizaba para otras actividades, de repente pasó a ser la pizarra, el cuaderno y hasta la maestra que está explicando. Y lo mismo sucede al revés. Los alumnos entran a la intimidad de nuestros hogares”, señaló la docente
Por otro lado para Verónica Olivero, que también es maestra en la ciudad de Ushuaia la transformación es inherente a la tarea docente, y la pandemia solo le agregó la complejidad de adaptarse a la falta de contacto personal.
“Ser docente no se relaciona tanto con el conocimiento, sino con la forma de transmitirlo y, sobre todo, con entender el contexto individual de cada alumno para saber cómo recibirá y procesará ese conocimiento”,comentó.
“En el aula hay tiempos acotados. Aparecen mil imponderables. La pandemia permite un contacto más personalizado. Hay alumnos que conozco más ahora que en el aula física”, afirmó la docente.
Para Czezowski, sin embargo, la tecnología no reemplazará nunca la experiencia sensitiva del contacto personal: “El abrazo a esos alumnos a los que llamamos mimosos o querendones. Sus ojos brillosos. Extraño ese afecto, y también la intimidad del aula, el lugar donde dejábamos de lado todo problema y los niños eran el centro de atención”, indicó.
Por su parte Olivero cree que aunque “ahora trabaja más que antes” porque la modalidad obliga a estar casi todo el día frente a una pantalla, “preferiría seguir trabajando virtualmente que regresar a las aulas”, aseveró.
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