A través del Proyecto IMMA (Investigaciones de Mamíferos Marinos Australes) a cargo de las biólogas marinas del CADIC CONICET Natalia Dellabianca y Mónica Torres, mediante el proyecto de ciencia ciudadana titulado "Jorobadas del Beagle", con un registro fotográfico lograron identificar más de 165 ballenas jorobadas en los últimos 10 años en el Canal Beagle emitido en un catálogo.
En ese marco, ambas biólogas marinas explicaron que "el Proyecto IMMA surgió de una continuación del Proyecto AMMA sobre Aves y Mamíferos Marinos Australes que inició Natalie Goodall en Tierra del Fuego, a fin de continuar con el legado de Natalie y ampliar nuevas líneas de investigación".
Asimismo, detallaron que las "'Jorobadas del Beagle" “data del 2013 y surgió en el marco de una capacitación del Compromiso Onashaga para el trabajo en colaboración con personal relacionado con la actividad turística en el Canal Beagle, como ser capitanes de embarcaciones, la tripulación, los guías y hasta los propios turistas".
A su vez, indicaron que pudieron lograr el registro de las ballenas en base a que "cuando la ballena se sumerge, muestra la cola y es ahí donde posee una 'huella digital', rasgos únicos de cada animal que nos permite diferenciarlos gracias este patrón propio".
"Es un trabajo de foto-identificación que consiste en tomar fotos de la parte ventral de las aletas caudales de las ballenas jorobadas y compararlas entre sí para identificar a cada animal individualmente. Con esas fotos armamos un catálogo y podemos conocer cuántas ballenas diferentes visitan el Canal Beagle y si regresan a la zona", detallaron sobre el proyecto.
Entonces, puntualizaron en que el proyecto "ya lleva identificadas desde 2013 a la fecha más de 165 ballenas jorobadas. El catálogo se va ampliando año a año, en los últimos años fue cuando mayor número de ballenas identificamos. Más allá de los ejemplares nuevos que observamos, lo interesante también son los reavistajes de las ballenas que tenemos identificadas y que vuelven año a año”.
Añadiendo que, a partir de los reavistajes “nos permite conocer la historia de vida de estos individuos, los patrones de movimiento, los migratorios".
De igual forma, remarcaron que entre enero y junio del corriente año, se vieron 36 ballenas nuevas y se registraron 20 reavistajes, es decir que gran cantidad de ballenas conocidas volvieron a la zona.
Por otro lado, las biólogas marinas Natalia Dellabianca y Mónica Torres, adelantaron que "la idea es en algún momento tomar muestras de los animales y saber desde qué comen hasta cuestiones genéticas. De nuestro catálogo, por ejemplo, de la mayoría de las ballenas no conocemos su sexo, si son macho o hembra y esa toma de muestras lo permitiría. El Canal Beagle es un área de alimentación de las ballenas. Sabemos también que la mayoría vienen del lado del Océano Pacífico porque cruzamos datos con otros catálogos y eso nos arroja".
Por último, ambas sostuvieron que "tenemos que aprender a convivir todos en el Canal Beagle, la actividad turística, la pesca, las científicas y claro las ballenas y el resto de la fauna marina. Estas ballenas jorobadas van a ser una especie que va a seguir viniendo al Canal y debemos asegurarles un lugar propicio para su alimentación, que es lo que vienen a hacer".
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