El saqueo a gran escala de estos animales está ocurriendo en el hábitat marino patagónico y continúa a paso firme pese a ser expuesta por entidades internacionales y organizaciones de corte local como el Círculo de Políticas Ambientales.
Los barcos pesqueros, sobre todo orientales, forman verdaderas ciudades nocturnas dentro de las 200 millas continentales argentinas para pescar calamar. Suelen permanecer hasta más de dos meses. Incluso hay barcos que ni siquiera se mueven de su lugar: traspasan toneladas de mariscos a otra embarcación encargada de llevar la mercadería a sus países.
La presencia de hasta 700 barcos ha sido detectada innumerables cantidad de veces por vuelos de control de la Armada Argentina (la mayoría de los cuales son realizados desde la Base Almirante Zar de Trelew) pero inmediatamente se retiran a la milla 201 y ya no están en infracción
Otras veces, lanchas de patrullaje de la Prefectura Naval Argentina capturó barcos pescando ilegalmente y los condujo hasta el puerto más cercano. Pero después de ser decomisada la mercadería y pagado la multa correspondiente vuelven a alta mar. Otros son abandonados por su tripulación y quedan largo tiempo en el puerto sin que nadie se haga cargo.
“Tripulantes de tres embarcaciones que operan en el Atlántico Sur afirmaron que pescaron ilegalmente en el Mar Argentino en numerosas oportunidades. Y uno de ellos declaró, además, que su embarcación hizo arponeo y captura ilegal de elefantes y lobos marinos en el mismo mar”, detalló el especialista en conservación marina Milko Schvartzman a Economía Sustentable.
“Otro tripulante señaló que a los elefantes y lobos marinos se les extraen determinados órganos que luego son exportados al mercado asiático. Una de estas embarcaciones es el Oyang 77, capturado por la Prefectura Argentina en 2019 haciendo pesca ilegal”, añadió Schvartzman, al tiempo en que contó que “los órganos extraídos fueron escondidos en las salas de máquinas en lugar de resultar colocados en la bodega, por lo que no se podía verificar su existencia de ocurrir una inspección a bordo”.
Lo que está sucediendo con los lobos y elefantes marinos en las aguas patagónicas del mar argentino es una matanza atroz ya que “en el lapso de un año, cazaron más de 200 elefantes y lobos dentro del Mar Argentino, más allá de que nuestra legislación establece la protección de esas especies”, confirmó el especialista.
Además del Oyang 77, el barco pesquero chino Lu Qing Yuan Yu 206 pesca desde 2014 al borde del Mar Argentino y “el 30 de diciembre pasado, mientras descargaba en el puerto de Montevideo, uno de sus tripulantes subió a YouTube un video en el que se ve cómo extraen de la bodega un ejemplar juvenil de elefante marino”, denunció Schvartzman. El puerto de Montevideo es utilizado con frecuencia por estas embarcaciones sobre todo para la recarga de combustible y alimento para la tripulación. Otras veces también realizan descarga de sus bodegas. Pero hasta ahora no se ha conocido la posición de las autoridades uruguayas al respecto.
Respecto de las respuestas oficiales ante la exposición de esta modalidad de caza ilegal, Schvartzman sostuvo que el Gobierno, al menos hasta el momento, no ha hecho ningún tipo de reclamo internacional ni tampoco se manifestó al respecto. No solo lobos y elefantes marinos son “levantados” por las redes de pesca de estos barcos. También numerosas especies son depredadas como delfines y ballenas. Pero amparados por la falta de regulación y el inmenso mar en el que se desenvuelven continúan con esta pesca ilegal que es capaz de terminar con muchas especies marinas.
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