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Un joven mostró cómo es ir a clases en la Antártida: “Vamos con 32 grados bajo cero”

Son muy pocos los argentinos que tienen la oportunidad de ir a la Antártida. Por eso Emanuel Pereyra, un estudiante de secundaria de último año, mostró cómo es su vida desde que su familia se mudó a Base Esperanza y rápidamente su video sobre cómo es ir a clases en el polo sur se volvió viral en Tik Tok.
Base Esperanza es una de las 13 bases argentinas en la Antártida y una de las seis que se encuentran operativas todo el año. En la pequeña comunidad de habitantes del extremo Noroeste de la Península Antártica, Emanuel asiste a clases con unos pocos estudiantes más.

Por qué Emanuel se mudó a la Antártida

La familia Pereyra tiene una buena razón para haberse mudado. “Mi papá es militar y le dieron la oportunidad de venir a invernar por un año con familia. El Comando Conjunto Antártico selecciona militares, algunos con familia, con el objetivo principal de hacer soberanía y apoyo logístico de los científicos”, contó el adolescente.
La mudanza implica que Emanuel hará su último año de secundaria en Base Esperanza y lejos de sus compañeros. Pero se muestra orgulloso de encontrarse con los suyos custodiando suelo argentino.

Cómo es ir a la escuela en la Antártida

“Con -32 grados y mucho viento vamos al colegio”, escribió Emanuel en su video en Tik Tok (@emanuel_pereyra_ok). Consciente de la situación inusual en la que vive, el adolescente decidió compartir la experiencia de “un día típico para estudiantes de secundaria en la Antártida”.
Las temperaturas en el polo sur son extremadamente diferentes a las del continente. Por eso hay una vestimenta especial para salir de casa y Emanuel lo detalló: “Tenemos que tener ropa primera piel puesta. Arriba de eso, ropa que vamos a usar dentro del establecimiento y, después, ropa para la nieve”.
Con campera, pantalón de nieve, botas, guantes, gorro y antiparras, el joven sale de su casa rumbo a la escuela a la que ingresa a las 8 de la mañana.

La escuela de Base Esperanza

En la institución, los espacios son pequeños y las aulas se comparten entre alumnos de distintos grados. La escuela de Base Esperanza cuenta también con baños, cocina y un SUM (salón de usos múltiples). Los cursos son pocos y se dividen en aulas de primaria, de secundaria y maternal o jardín de infantes.
En su camino al colegio, todo está oscuro. “A partir de las 10 empieza a salir el solcito”, cuenta Emanuel sobre los horarios de la Antártida. A las 12.30 finaliza su primer turno para volver a cursar de 15.30 a 17.30, horario en que vuelve a ser de noche.

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