A un año de la llegada de Uber a Río Grande, José, uno de los primeros conductores de la plataforma en la ciudad fue entrevistado y relató que desde su inicio el 7 de julio, José ha acumulado más de 11,000 viajes, aunque su actividad se vio afectada por un período de inactividad de dos meses y medio debido a reparaciones de su vehículo.
Durante la conversación, José reflexionó sobre el impacto de Uber en el panorama del transporte local, señalando que ha habido un crecimiento significativo en el número de conductores que se registran. "En Río Grande, más de 700 personas están registradas en Uber, aunque no todos están activos al mismo tiempo. Entre 300 y 340 conductores trabajan de manera regular", explicó.
José también habló sobre la percepción de competencia con los taxis y remises: “Este es un servicio privado entre partes. El pasajero elige y conoce de antemano el costo del viaje. Yo no siento que estamos causando una pérdida significativa para los taxis”.
En cuanto a la regulación del servicio, mencionó un proyecto presentado ante las autoridades locales: “La propuesta que se le presentó a Guadalupe es para que lo estudien, para que lo analicen. Creemos que Río Grande debería considerar esta posibilidad, como lo han hecho otras provincias”, comentó, refiriéndose a experiencias en lugares como Formosa, donde proyectos similares se han aprobado rápidamente.
Además, José abordó el tema de las multas impuestas por la municipalidad. “Hay alrededor de 300 multas ejecutadas en la ciudad, de las cuales unas 230 están judicializadas. Muchos conductores no son notificados adecuadamente”, reveló, enfatizando la confusión que genera el sistema de multas.
Finalmente, destacó la importancia de la calificación del servicio. “Los pasajeros deben ser justos al calificar, ya que esto afecta la calidad del servicio en general. La aplicación utiliza un sistema de inteligencia artificial que prioriza a los conductores con mejores calificaciones”, afirmó.
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