Luis Schreiber, presidente del Centro de Almaceneros de Río Grande, afirmó que el sector de los almacenes y comercios de barrio en Río Grande atraviesa una grave crisis, con una caída del 50% en las ventas de productos de primera necesidad durante el último año y expresó su preocupación por el cambio en los hábitos de consumo de los clientes, que cada vez más recurren a la compra con tarjetas de crédito y acumulan deudas para adquirir alimentos esenciales.

En primer lugar, Schreiber destacó que la situación económica está afectando profundamente a los consumidores, quienes intentan estirar sus ingresos lo más posible “la gente usa la tarjeta de débito durante los primeros quince días del mes y luego, para el resto, opta por la de crédito, lo que genera deudas por alimentos que terminan acumulándose", explicó, señalando que esto representa un cambio en la conducta de compra que afecta no solo a los comercios de barrio, sino también a la economía familiar.

El presidente del Centro de Almaceneros también cuestionó duramente las cifras de inflación proporcionadas por el INDEC, que reflejaron un aumento del 4,2% en agosto. Para Schreiber, esas cifras no muestran la realidad que se vive en los comercios “no han tomado en cuenta la suba de tarifas de gas, luz y nafta. Algunos productos subieron un 5%, otros un 8%, pero hay productos básicos que aumentan todas las semanas", indicó.

En este sentido, sostuvo que uno de los productos más afectados es la carne, cuyo consumo ha disminuido significativamente debido a las subas constantes. En las últimas dos semanas, el precio de la carne ha aumentado un 10%, y Schreiber indicó que "el consumo de carne ha bajado mucho. La gente antes pedía dos churrascos, ahora pide un poco de carne picada para rendir más. Se cuidan mucho al hacer las comidas".

Otro de los productos que ha tenido subas importantes son los lácteos, con precios que siguen en alza “la leche estaba a 1.200 pesos y ya está en 1.600 en los almacenes pequeños", afirmó Schreiber, destacando que los comercios buscan traer opciones más baratas, pero de calidad para no perder clientes.

A su vez, la fruta y la verdura también mostró variaciones, aunque algunas, como el tomate, han comenzado a estabilizarse tras haber alcanzado precios altos en semanas anteriores.

Además, Luis Schreiber detalló que uno de los aspectos más críticos que afectan a los almaceneros es el aumento en las tarifas de servicios básicos como gas y electricidad, que impactan directamente en los costos de operación de los pequeños comercios. Schreiber explicó que, en su caso, la factura de gas pasó de $5.000 a $35.000, mientras que la de luz aumentó de $40.000 a $260.000 en apenas seis meses.

Este incremento en los costos es insostenible para muchos almacenes que, en su mayoría, no pueden trasladar esos aumentos a los precios de los productos que venden “nosotros quisiéramos trasladar esos costos a la mercadería, pero si lo hacemos, no se vende", expresó y advirtió que, esta situación se agrava con el desempleo, que sigue en aumento en la ciudad.

En cuanto al cambio en los hábitos de compra de los clientes es notable. Schreiber explicó que antes los clientes adquirían productos en mayor cantidad y de mejor calidad, pero ahora buscan las opciones más económicas y compran solo lo necesario para el momento “antes llevaban un kilo de cebollas, un kilo de zanahorias, un kilo de manzanas. Hoy compran dos zanahorias, una cebolla, dos manzanas. Lo básico y necesario", precisó.

También se observó un cambio en el tipo de productos que se venden “se han dejado de consumir gaseosas y vinos buenos, ahora se compran las cervezas más baratas y jugos en sobres en lugar de gaseosas grandes", indicó.

De igual forma, remarcó que una tendencia preocupante es que muchas personas están recurriendo a la compra en supermercados en 12 cuotas para patear las deudas hacia adelante “esto es grave, porque la gente está comprando alimentos para hoy y pagándolos durante el año, lo que genera una acumulación de deuda que va a ser difícil de pagar", alertó Schreiber.

A pesar de la difícil situación, Schreiber destacó el aporte positivo de las aplicaciones vinculadas al Observatorio de Precios Bajos, tanto del municipio como del gobierno provincial, que permiten a los consumidores comparar los precios de productos básicos entre distintos comercios “a todos nos ha beneficiado mucho. La gente puede sentarse unos minutos en la computadora y ver los precios de los productos antes de salir a comprar, y eso ayuda a que los pequeños comercios compitan con los supermercados", afirmó.

En este punto, recalcó que este tipo de herramientas ha ayudado a los almaceneros a mantener a sus clientes habituales, quienes ahora compran de manera distinta, pero siguen prefiriendo los comercios de barrio “si la diferencia de precios es poca, la gente no se mueve hasta el supermercado y compra en el almacén de la esquina", aseguró.

Por último, Schreiber expresó una visión pesimista de cara a las ventas de fin de año “las fiestas del año pasado fueron muy malas, y creo que las próximas van a ser peores si no cambia la política económica que se está llevando adelante", concluyó.