Jorge, dueño del locutorio 'Rocío', describe con preocupación la difícil situación que atraviesan los comerciantes frente a los nuevos aumentos en las tarifas de servicios como la luz, el gas e internet. "Lo preocupante es el servicio de gas. Habían frenado los aumentos, pero de nuevo volvieron a aparecer estos aumentos realmente elevados en las facturas", señaló.

Ante la consulta sobre cómo afecta esta situación, Jorge expresó: "Se complica. Nos habíamos ilusionado con el amparo que habían hecho. Pensamos que los aumentos serían progresivos, pero no fue así. Desde el amparo, pagamos 10 mil pesos, y de ahí nos iban aumentando de a poco, pero otra vez volvieron las tarifas elevadas de antes. No sabemos si desde esa tarifa elevada habrá más aumentos todavía". Además, mencionó que no recibe ningún subsidio por superar el consumo de metros cúbicos mensuales. "En una panadería o en algún otro comercio grande no creo que les den subsidio porque también superan los metros cúbicos".

Sobre las diferencias entre una boleta y otra, Jorge detalló: "El mes pasado pagamos 9 mil pesos y ahora 111. Hay una diferencia del mil por ciento". Respecto a la energía eléctrica, señaló que paga unos "100 y pico por mes", esperando que las subas no superen los aumentos por inflación: "Espero que se mantenga así y que no suban más. O que, de última, si suben, que sea un 3, 4, 5 por ciento, algo como la inflación".

La pregunta sobre cómo hace para pagar los servicios mensualmente lo llevó a detallar las dificultades económicas: "Tenemos que rescindir de las ganancias; cada vez ganamos menos porque no podemos recuperar en los precios. Si la luz sube mil por ciento, es imposible trasladar eso a la mercadería o cualquier otro servicio, porque no nos pagan. El cliente también está atorado, así que lo único que nos queda es rescindir nuestras ganancias. Al comerciante le queda menos en el bolsillo. Es lo mismo que le pasa a cualquier trabajador que paga los servicios y cada vez le alcanza menos el dinero".

Cuando se le preguntó si realmente hay ganancias en tener un comercio, Jorge fue claro: "Puede llegar a servir, pero es mucho sacrificio. Hay que estar muchas horas trabajando. A medida que te va quedando menos, tenés que meterle más horas de trabajo para mantener el poder adquisitivo. Si no, convendría vender torta frita sin pagar impuestos y hacer la misma plata. Yo ahora voy a ver si puedo implementar un servicio más; voy a poner venta de panchos, pero la habilitación se hace complicada porque te ponen muchas trabas para trabajar. Uno tiene todo en condición y siempre piden más cosas".

Ante la crisis, Jorge ha implementado cambios en su locutorio, como nuevos horarios: "Ahora abro a las 8 de la mañana para ver si, qué sé yo, uno hace malabares para ver si puede incrementar un poco más la facturación o que te alcance un poquito más para solventar todos estos aumentos de tarifas".

El amparo presentado por la justicia tuvo un impacto temporal: "Nos ahorramos una moneda en dos meses nada más, pero ahora ya está todo igual. La preocupación del comerciante es la misma, porque estamos con la incertidumbre de no saber si el mes que viene van a seguir aumentando las tarifas o no".

La posibilidad de cerrar las puertas del local está siempre en la mente de Jorge: "Sí, siempre considero eso, porque es mucho tiempo que no estoy en casa, es mucho sacrificio y por ahí no se justifica por la plata que uno gana. Yo tengo el local propio, pero alquilar tampoco es fácil hoy. No sé si alguien se arriesgaría a invertir en alquilar un local en esta situación de recesión terrible".

Finalmente, Jorge describe la reducción de sus ganancias por la falta de ajuste en los precios: "Tengo la hora de internet, no la muevo. Si me suben la luz y el gas de esta manera, debería subir la hora de los jueguitos, pero no las subo porque la gente no las paga. Prefiero mantener el precio bajo para que la gente pueda seguir viniendo, porque si no, te quedás sin nada".