Un devastador incendio se desató cerca de las 9 de la mañana en una planta recicladora ubicada en el Parque Industrial de Río Grande, en la intersección de las calles 25 de Mayo y Combate de Montevideo. Las llamas consumieron por completo las instalaciones, generando pérdidas materiales significativas y afectando a 11 empleados, además de comprometer una labor que llevaba años de esfuerzo en beneficio del medio ambiente y el Hospital Garrahan.

Mónica Becerra, referente de la Fundación Garrahan, expresó con dolor: “Siempre nos recibieron desde hace muchos años con el acopio, juntábamos y juntábamos para cargar los camiones y enviarlos a Buenos Aires. Hoy todo se fue, la llama consumió todo. Nos duele porque hay 11 personas empleadas. Nosotros siempre decíamos que éramos parte de esta familia del reciclaje, y hoy se perdió todo. La semana que viene íbamos a cargar tres camiones para enviar al depósito de la Fundación Garrahan, pero ya no será posible”.

La recicladora, gestionada por la familia Rébora, se dedicaba al prensado de materiales como papel, cartón y latas de aluminio, esenciales para programas de reciclaje que benefician al Hospital Garrahan. Según Becerra, la empresa había asumido este proyecto como propio hace años, compactando materiales que evitaban el colapso de los rellenos sanitarios. Sin embargo, el incendio destruyó 50 fardos de papel, 25 fardos de latas y dos camiones cargados que no pudieron ser retirados.

“Hace menos de un mes habíamos enviado un camión lleno de papel a Buenos Aires. Ahora nos quedamos con las manos vacías. La llama no solo se llevó el material, también las maquinarias que usábamos para compactar. Lograron salvar tres montacargas, pero el resto se quemó", lamentó Becerra.

Aunque todavía no hay confirmación oficial, se presume que el incendio fue provocado por un desperfecto eléctrico. “Estaban todos trabajando cuando empezó. Había mucho material acumulado, y todo se descontroló en segundos. Hubo muchas explosiones; fue muy feo ver cómo las llamas consumían todo”, relató Becerra.

El fuego arrasó no solo con los materiales acumulados, sino también con las maquinarias que se utilizaban en la planta. Según Becerra, “había mucho papel, cartón y PET listos para ser enviados. Todo eso ya estaba preparado y compactado para que la semana que viene salieran dos o tres camiones”.

La recicladora, más allá de ser un lugar de trabajo, era un punto de encuentro para la comunidad de Río Grande, donde muchas escuelas y organizaciones colaboraban en el reciclaje. “Era un lugar donde se juntaba todo lo que no iba a la basura, y ese esfuerzo terminaba ayudando al Hospital Garrahan. Ahora nos quedamos sin ese recurso", señaló Becerra.

Además, destacó el compromiso de la familia Rébora con esta tarea: “Ellos le ponían todo, eran una familia de mucho trabajo. Este lugar no solo reciclaba, también sacaba material del continente, algo clave para cuidar nuestro entorno”.

Becerra también hizo un llamado a los empresarios y a la comunidad local para colaborar en la reconstrucción de la planta. “Le decía a Rébora que Río Grande nos va a ayudar. Esta recicladora era fundamental para el programa reciclado del Garrahan. Trabajábamos en conjunto con la Secretaría de Ambiente y la Dirección de Higiene Urbana. Estoy segura de que juntos lograremos levantarla nuevamente", expresó con esperanza.

A pesar de la tragedia, Becerra destacó lo más importante: no hubo víctimas humanas. Sin embargo, el vacío que deja esta pérdida es inmenso, no solo para los empleados afectados, sino también para toda la comunidad que se beneficiaba del reciclaje y la ayuda al Hospital Garrahan. El fuego, que aún no ha sido controlado por completo, sigue siendo un recordatorio de la fragilidad de estos proyectos, que dependen del esfuerzo colectivo para continuar adelante.