Debido a que esta semana se hizo de público conocimiento un hecho en la ciudad de Ushuaia, en torno a las declaraciones que efectuó una madre y vecina de dicha localidad, la cual afirmó que se vio damnificada ella y sus hijos por consumir unos cubanitos con dulce de leche con “somníferos” que les había regalado una pareja.
En ese marco, la mujer aseguró que, al probar este producto, ella y sus hijos comenzaron a sentir un hormigueo en la boca, adormecimiento, y mareos, por lo cual, precisaron de la atención de médicos de la guardia del hospital.
A su vez, la denunciante relató que una semana después estas personas seguían nuevamente ofreciendo dicho producto de forma gratis a niños en un playón del barrio Libertador.
Debido a esta denuncia, Ernesto, quien junto a su esposa llevan adelante este emprendimiento, desmintió lo planteado por la mujer, diciendo “yo tengo 63 años, mi mujer 55. Somos de Bahía Blanca y hace más de ocho años empezamos a vender los cubanitos en nuestra ciudad, tenemos todas las aprobaciones del Mercosur y certificado para manipulación de alimentos”, agregando que la mercadería para producir su producto “la compramos a un proveedor reconocido, y jamás, nunca, nos ocurrió nada parecido".
Entonces, Ernesto enfatizó en su arribo a la isla y dijo "llegamos hace 15 días para conocer todas sus maravillas, paisajes y recorrer", remarcando que la intención de su pequeño emprendimiento es para " seguir solventando los gastos", debido a que se tienen una mini casa rodante.
Por lo cual, recalcó que por eso prosiguieron con sus ventas e hizo hincapié en que "estuvimos vendiendo en varios lados en estos 15 días, vendimos un montón por suerte. Si no estuviera en buen estado la mercadería toda la ciudad estaría enferma, pero no pasó nada de eso, nadie tuvo ningún problema”.
Remarcando que “nos encontramos con esta mamá y sus hijos, y como nos había sobrado una parte sin vender, decidimos regalárselos, pero solo a ellos. Fuimos a vender por las casas, pero nunca ofrecimos "gratis", nos vio todo el mundo”.
Luego, relató de qué forma se enteró de esta denuncia “un amigo me mandó ayer una foto nuestra donde nos escrachaban por las redes diciendo que ofrecíamos chocolates, cuando nada que ver". Por eso, Ernesto indicó que, al tomar conocimiento sobre lo sucedido, decidió presentarse personalmente con su esposa en la Comisaría de Kuanip. Y que en la institución les informaron que "había una denuncia y nos tomaron las actuaciones.”
En torno a toda esta situación, Ernesto sostuvo que él y su pareja “somos personas respetables y la verdad que nos ensucien de esta manera no lo podemos aceptar, nos llegaron mensajes de apoyo de un montón de personas que nos conocen y que saben que nosotros jamás haríamos una cosa así. No tenemos nada que ocultar, no somos delincuentes", concluyó.
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