Que la ensambladora Newsan haya abierto la semana pasada nuevas búsquedas de personal parece, a priori, una buena noticia, pero cuando uno se pone a analizar los verdaderos motivos de esta acción, quedan muchas dudas.

Lo cierto es que no es común que se tome personal nuevo en plena crisis. Más aún cuando se trata de una firma que hace meses que viene despidiendo empleados constantemente. Desde mayo de 2023 que los despidos vienen siendo una constante en la firma que dirige con puño de hierro Rubén Cherñajovsky.

Para no agrandar la ola, los despidos son de a goteo. La táctica de mandar cientos de telegramas de despido al mismo tiempo, parece que ya no funciona. O al menos es demasiado llamativa.

Entonces, qué llevó a Newsan a abrir nuevas búsquedas laborales, contrario a su historia reciente y a la crisis que vive la economía argentina. La cual le da la excusa perfecta para no tomar más empleados. La respuesta parece ser la de siempre, la profundización de la precarización laboral y la domesticación de los empleados.

“Es una burla para los compañeros que echaron, rajaron gente que trabajaba muy bien y se conocía todo, y los cambiaron por empleados nuevos con contratos basura”, denunció una operaria con muchos años en la empresa, indignada por esta maniobra de Newsan. Esta empleada, que prefirió preservar su identidad por miedo a represalias, agregó que estos nuevos empleados “le sirven de botón” al Gremio y a la empresa.

El paro, una puesta en escena

La relación entre los trabajadores de Newsan y el Gremio de la Unión Obrara Metalúrgica (UOM) está completamente rota. Los operarios no se sienten representados por el Sindicato y denuncian una connivencia sistemática entre los popes gremiales y los hombres de confianza de Cherñajovsky. Esto a generado una división dentro de los empleados y a tensado al máximo el clima laboral.

De hecho los empleados más combativos denuncian que la manifestación en el marco del paro general del 9 de mayo en las puertas de la empresa fue una farsa, una puesta en escena.

“Míralos todos organizados para hacerse ver hasta con camperitas nuevas que nosotros les pagamos y después para los útiles escolares no hay plata, salieron re pobres este año, dicen que para eso no hay plata pero para que ellos se compren camperas nuevas si, son unos impresentables”, remarcó otra empleada que también pidió que no sea divulgado su nombre.

Como dice el dicho, pueblo chico, infierno grande. Mantener el anonimato es un pedido constante de los denunciantes de las firmas afincadas en Tierra del Fuego. “Sino no conseguís más un trabajo”, explican. Por eso esta acción de tomar nuevos empleados en plena crisis responde a una estrategia más global de intimidación, para que los empleados díscolos lo piensen dos veces antes de denunciar irregularidades.