Plásticos Isla Grande, tras el incendio del año pasado que destruyó la planta, llevó adelante una suspensión masiva de sus trabajadores, y luego, progresivamente, fue desvinculando a la mayor cantidad de operarios posibles.
Las desvinculaciones, algunas “acordadas”, se liquidaron al 50% de lo que correspondía por ley, amparándose la empresa en razones de fuerza mayor.
La empresa inicialmente había iniciado un trámite para suspender por un periodo 75 días, y anunció la voluntad de no despedir a los operarios. “Los trabajadores no quedan en la calle”, aseguró en noviembre del año pasado Jony Villarruel, Secretario General de los trabajadores plásticos de Tierra del Fuego (UOYEP).
Sin embargo, los dichos de la empresa después del incendio quedaron en simples frases de buena intención, ya que la Plásticos Isla Grande Sociedad Anónima (PIGSA) continuó de manera paulatina desvinculando trabajadores hasta llegar a esta fecha en que solo quedan trabajando alrededor de 20 operarios en un galpón del parque industrial.
Las desvinculaciones, algunas “acordadas”, se liquidaron al 50% de lo que correspondía por ley, amparándose la empresa en razones de fuerza mayor.
Fuente Gremiales del sur
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