Miguel Casielles, presidente de la Federación Argentina de Entidades Filatélicas, adelantó por Radio Universidad 93.5 la realización del la Exposición Internacional de Filatelia ‘Centenario de la Ciudad de Río Grande’ en el Grande Hotel de esta ciudad.
“Es la primera exposición presencial post pandemia que se hace en América y en este caso se trata de una exposición internacional en donde participan los países adheridos a la Federación Inter-Americana de Filatelia conformada por todas las naciones americanas, además del Reino de España”, introdujo Casielles.
Agregó que “en esta oportunidad han confirmado su participación doce países porque algunos todavía tienen inconvenientes sanitarios para salir de su país y vamos a tener la presencia de Argentina, Chile, Brasil, Uruguay, Paraguay, Perú, Ecuador, Costa Rica, Honduras, México, Canadá y España”.
En tal sentido detalló que “nos van a visitar 75 filatelistas de esos países y estamos muy contentos de poder hacer en Tierra del Fuego la primera exposición filatélica presencial post pandemia”.
El evento es organizado por la Asociación de Filatelia y Numismática de Río Grande con el apoyo de la Federación Argentina de Entidades Filatélicas y el auspicio de la Federación Inter-Americana de Filatelia “y conseguimos el sponsor de la Federación Internacional de Filatelia, así que estamos muy contentos de ver a todos estos amigos y vernos después de transcurridos casi dos años de pandemia”, confió Miguel Casielles.
La exposición
El entrevistado precisó que “el día 6 de diciembre, a las 19 horas es el acto inaugural que es con invitación; a partir del día 7 ya estará abierta al público hasta el día 11 y la entrada es libre y gratuita”.
“Todo aquel que se interesa verá cosas muy lindas y si no aprovechan la oportunidad, a muchas estampillas quizás no las van a volver a ver porque vienen estos coleccionistas que exponen todos a nivel mundial, así que va a ser muy interesante”, evaluó Casielles.
Preguntado sobre las estampillas que serán expuestas, su antigüedad y procedencia, el Presidente de la Federación Argentina de Entidades Filatélicas explicó que “recién esta semana se estarán conociendo la inscripción de las colecciones, pero seguramente habrá colecciones de alrededor de 1860 y sí está confirmado que habrá una colección muy antigua de Perú que es pre filatélica; es decir, de cartas emitidas antes de la impresión de estampillas. Seguramente será la colección más antigua porque las cartas de este tipo deben datar de 1820”.
Esta es la sexta exposición nacional que se arma en Río Grande y la cuarta a nivel internacional.
Asimismo, Casielles adelantó que “van a haber coleccionistas argentinos con las primeras series; asimismo juveniles con sus colecciones recién comenzadas que serán 7 u 8 colecciones; dos infantiles de menos de coleccionistas de 10 años de edad. Será una exposición muy variada que complacerá a todos los gustos”, prometió.
Destacó que “van a haber 450 marcos en exposición y cada marco consta de 16 hojas”.
Entre otras colecciones estará la de los Scouts “y por eso vamos a tener la visita de los Scouts de Río Grande y también de las escuelas porque como dije, habrá colecciones juveniles e infantiles y ellos tendrán un marco de 16 hojas; hay uno muy lindo de Río Grande que se llama ‘El Tren de la Alegría’ que son todas estampillas referidas a trenes. También hay una niña que tiene una colección de Disney, así que hay material surtido para entretenerse”.
También confió que “viene desde Mendoza por la Ruta 40 coleccionistas que no van a exponer pero sí a apreciar esta muestra y a conocer Tierra del Fuego”.
“Estamos trabajando a pleno con la organización, con la confección de las invitaciones, la preparación del evento”.
Más que un hobby una pasión
Miguel Casielles compartió que “comencé desde muy chico, desde los ocho años y con el tiempo me fui perfeccionando y en el año 2006 organizamos la primer exposición en Tierra del Fuego, que en esa oportunidad fue un evento binacional entre Argentina y Chile y desde allí lo fuimos organizando cada tres años, 2009, 2012, 2015, 2018 y 2021”.
Recordó que “a partir del 2012 la hicimos con más países, también hicimos una sudamericana, en el 2015 hicimos una interamericana con la participación de los 21 países adheridos a la Federación Inter-Americana de Filatelia y España. La experiencia ha sido muy buena, el coleccionismo filatélico en el país tiene un gran auge y vamos a aprovechar la presencia de todos estos amigos como para tener una excelente exposición y aparte les vamos a dedicar dos medios días para que puedan disfrutar las bellezas de Tierra del Fuego”.
Consultado sobre su primera estampilla, Casielles explicó que “esta pasión nació de mis padres que coleccionaban estampillas, pero no para exponer. En mi caso, hice mi primera exposición con una serie de 1952 de Eva Perón; esa fue mi primer colección, después tengo la colección de San Martín en óvalo que es una serie que salió en 1908 y otra del Centenario de la Revolución de Mayo de 1910 y lo último que me dediqué a hacer, desde hace ya unos cuantos años y que la estoy armando, es una colección de San Martín de una serie que se emitió entre los años 1917 y 1923. La primera estampilla argentina data de 1858 que se elaboró en Corrientes”.
Detalló que dentro de esas colecciones “uno tiene los cuños de impresión, las muestras, los ensayos, las cartas circuladas, la variedad en los sellos”.
Curiosidades del mundo los sellos
Comparó el valor de las estampillas con el valor de las pinturas en el campo de las bellas artes. “Se que se ha subastado en una casa muy prestigiosa de los Estados Unidos, la Estampilla N° 1 de Guyana y el coleccionista que la compró pagó nueve millones de dólares porque es la única estampilla que se conoce de ese país de esa serie. Es como la pintura que siempre es única y el coleccionista lo paga, pero esas estampillas no son las que uno normalmente ve en las exposiciones; esa clase de sellos la tienen los inversores privados, más que coleccionistas. Lo que uno ve en las exposiciones no tiene nada que ver con esos valores que se pagan”, explicó.
Aparte, “una sola estampilla en exposición no se estila, sino las series, entonces eso es para el coleccionismo privado no para exposiciones”, amplió.
Confió que una vez tuvo la posibilidad de ir como jurado a Tailandia “y una de las personalidades destacada de ahí es la Reina de Tailandia que tiene su colección y otra curiosidad es que la colección más importante del mundo es de la Reina de Inglaterra y tuve la oportunidad de apreciarla en Málaga 2006, estaba expuesta en la calle Larios que es la calle principal de esa ciudad española; había un sector especial donde habían emplazado una carpa enorme donde estaba todo lo notable y la propia colección de la Reina de Inglaterra”.
“La estampilla más antigua del mundo la tiene esta colección y es el famoso Penny Black de la Reina Victoria de 1848, tiene todo lo inglés, la plancha completa del Reino Unido”.
El sello postal, un invento victoriano
El sello postal, también conocido como estampilla (postal), estampa, sello (postal) o timbre (postal), es un comprobante del pago previo de los envíos efectuados por correo en forma de etiqueta, generalmente engomada o directamente impreso. El sello es un pequeño papel cuya forma más usual es rectangular o cuadrada, que se pega en un sobre, y que indica que la persona que realiza el envío pagó el servicio.
El arte postal utiliza a menudo este medio y este formato para su difusión creando falsos sellos postales de todo tipo.
Los sellos de valor variable o ATM son aquellos impresos y distribuidos a través de máquinas. Estas imprimen el valor de franqueo deseado por el usuario en un papel especial, y el sello o estampilla resultante puede ser empleado para franqueo como un sello "tradicional".
La emisión del primer sello postal se enmarca dentro de una profunda reforma del servicio de correos británico emprendida por James Chalmers (1834) y Rowland Hill (1837). Hasta entonces el envío lo pagaba el destinatario en función de los kilómetros recorridos y no por su peso. Hill propuso que el envío lo pagara el remitente según una tarifa uniforme en función del peso y no por el kilometraje.
Según la leyenda, en el año 1835 el profesor inglés Rowland Hill, que viajaba por Escocia se aprestó a descansar en una posada. Mientras se calentaba en la chimenea, vio cómo el cartero de la zona entraba en la casa y entregaba una carta a la posadera. Ella tomó la carta en sus manos, la examinó atentamente y la devolvió al cartero alegando: “Como somos bastante pobres no podemos pagar el importe de la carta, por lo que le ruego que la devuelva al remitente”.
Al oír aquello, surgió en el corazón de Hill un impulso de generosidad y movido por ese impulso ofreció al cartero el importe de la misiva, pues no quería que por falta de dinero se quedara la buena mujer sin saber las noticias que le pudieran llegar en dicha carta. El cartero cobró la media corona que costaba, y entregó la carta a la posadera, a continuación salió para seguir su recorrido.
La posadera recogió la carta y la dejó sobre una mesa sin preocuparse en absoluto de su contenido. Luego, se volvió al generoso huésped y le dijo con amabilidad: “Señor, le agradezco de veras el detalle que ha tenido de pagar el importe de la carta. Soy pobre, pero no tanto como para no poder pagar ese coste. Si no lo hice, fue porque dentro no hay nada escrito, sólo la dirección. Mi familia vive a mucha distancia y para saber que estamos bien nos escribimos cartas, pero teniendo cuidado de que cada línea de la dirección esté escrita por diferente mano. Si aparece la letra de todos, significa que todos están bien. Una vez examinada la dirección de la carta la devolvemos al cartero diciendo que no podemos pagarla y así tenemos noticias unos de otros sin que nos cueste un penique”.
Esta anécdota, con diversas variantes, ha sido narrada y escrita en distintos medios, como por ejemplo en el magacín francés Lectures pour tous. También fue escrita en el Grand Dictionnaire Universel du XIX Siècle, de Pierre Larousse, en la edición parisina de 1874. En España la Enciclopedia Espasa también la reproduce, dando una versión en la que aparece la dueña imposibilitada realmente para pagar el importe de la carta por su extrema pobreza. Sin embargo, Eugène Vaillé en su Histoire du Timbre-Poste 1947 afirma que esta anécdota ha sido desmentida por el propio Hill en sus Memorias. Es ilustrativa, sin embargo de uno de los problemas a los que la reforma del Correo pretendió hacer frente con notable éxito.
Hill habría escrito un folleto en que proponía el franqueo previo de la correspondencia. El folleto de Hill, titulado Post Office Reform, tuvo como resultado la designación de un comité de la Cámara de los Comunes (22 de noviembre de 1837) “encargado de estudiar los tipos y sistemas del franqueo postal”. Este comité informó favorablemente la proposición de Rowland Hill y en 1839 se dictó una providencia que autorizaba al Tesoro para fijar los tipos de franqueo postal y regular el modo de percibir su importe previo. Los sobres timbrados (los primeros con un valor de 1 y 2 peniques) y los sellos adhesivos los emitiría el Gobierno. Del grabado de los sellos se encargó la casa Perkins, Bacon and Petch, sobre dibujos de Hill. Se decretó que los sellos se pondrían en circulación el día 6 de mayo del año 1840.
Así nace el primer sello postal del mundo: el famoso Penny Black de la Reina Victoria. Hill dibujó ahí el perfil de la reina Victoria, la palabra Postage en la parte superior y en la inferior One Penny (un penique). Omitió el nombre del país por entender que la efigie de la reina bastaba para identificarlo. El día 8 de mayo del mismo año se puso a la venta el 2 peniques, en color azul. El nuevo sistema postal tuvo unos resultados asombrosos, tanto que se triplicó el número de cartas en una semana. Solo el primer día de venta al público se vendieron 60 000 ejemplares de estos sellos. A la vista de todo ello Rowland Hill fue nombrado director de Correos del Reino Unido, y dedicó el resto de su vida a realizar ampliaciones y mejoras en los servicios postales. El nuevo sistema encontró rápida aceptación en otros países y a los pocos años estaba ya generalizado internacionalmente.
La Unión Postal Universal establece que en los sellos que circulen internacionalmente debe aparecer el nombre del país emisor en alfabeto latino. De esta obligación está exento el Reino Unido por ser el primer país emisor de sellos.
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