
En solo tres años, el mundo perdió más hielo que nunca. Entre 2022 y 2024, se registró la mayor pérdida trienal de masa glaciar desde que existen mediciones, según datos del Servicio Mundial de Vigilancia de los Glaciares (WGMS) y la Organización Meteorológica Mundial.
En 2024, las principales regiones glaciares sufrieron pérdidas récord: se derritieron 450.000 millones de toneladas de hielo, equivalente a un bloque del tamaño de Alemania con 25 metros de espesor. Desde 1975, ya se acumula la pérdida de más de 9 billones de toneladas.
Mientras tanto, el Ártico registró la menor acumulación de hielo marino invernal en casi 50 años, confirmando que el calentamiento avanza más rápido de lo previsto. “El Ártico se calienta cuatro veces más rápido que el promedio global”, alertan los expertos.
El impacto es doble: menos agua dulce para millones de personas y mayor subida del nivel del mar. Solo por deshielo glaciar, las aguas ya subieron 18 milímetros en lo que va de siglo, afectando a poblaciones costeras y a ecosistemas clave.
La ONU declaró 2025 como el Año Internacional de la Conservación de los Glaciares, pero la pregunta es urgente: ¿llegamos a tiempo para frenar este colapso?
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