
Un reciente estudio internacional reveló que los pingüinos de penacho amarillo austral, que habitan las islas subantárticas de Chile y Argentina, no están suficientemente protegidos durante sus rutas migratorias críticas. La investigación fue publicada en la revista Progress in Oceanography.
Cada año, tras la temporada de cría, estas aves migran hacia aguas más frías y productivas del océano Antártico para recuperar energía antes de la muda de plumas, un proceso vital que implica un alto gasto energético. Sin embargo, científicos de la Argentina, Estados Unidos y Alemania, liderados por Andrea Raya Rey del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC), advirtieron que las actuales Áreas Marinas Protegidas no cubren adecuadamente las zonas utilizadas por los pingüinos durante esta etapa crucial.
Para el estudio, se equipó a 25 pingüinos en Isla de los Estados con dispositivos de geolocalización. Los datos obtenidos mostraron que el 61,8% de las ubicaciones correspondieron a la Zona Frontal Polar Antártica, un área clave para su alimentación. Aunque los corredores de las áreas protegidas son utilizados parcialmente, los expertos consideran necesario reevaluar y expandir estos espacios para garantizar una mejor conservación.
La especie, reconocible por su distintivo penacho amarillo, enfrenta amenazas crecientes debido al cambio climático y las alteraciones en las corrientes oceánicas. En Argentina, visitan regularmente Isla de los Estados y las Islas Malvinas, mientras que en Chile se los encuentra en el archipiélago de Diego Ramírez.
Desde el equipo de investigación subrayan la importancia de realizar estudios multianuales y ampliar la cantidad de ejemplares monitoreados para diseñar estrategias de protección más efectivas. Proteger sus zonas de alimentación durante todo el ciclo anual es fundamental para asegurar la supervivencia de esta especie considerada vulnerable.
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