Finalmente, llegó la orden de cerrar el 40% de las adminitraciones que hace dos años estaban intervenidas, de un total de 1.558 que funcionan en todo el país, con lo cual empiezan a tomar forma los proyectos que tanto se anunciaron hace 5 meses. Sin embargo, todavía falta ejecutar varias partes del plan.
Como primer paso para empezar a quitar poder a los registros, el Gobierno anunció que se elimina la cédula azul y la fecha de vencimiento de la cédula verde. Esto quiere decir que cualquier persona podrá manejar un auto aunque no sea el titular, siendo que, hasta ahora, solo lo podía hacer el dueño con la cédula verde vencida (tiene un año de validez) o con cédula azul para el resto de los conductores.
Un dato importante: si bien la medida se anunció como un hecho desde el Gobierno, desde la Comisión Nacional de Seguridad Vial se aclaró que la norma aún no está en práctica, por lo cual, por ahora, sigue siendo obligatoria la cédula azul, ya que la verde tiene vencimiento, también por el momento.
Por otro lado, con el cierre del 40% de los registros, que son 620 dependencias, también se establecieron otras medidas de gran importancia. El personal de la Dirección de Registro Automotor se achicó en un 30%, personas que serán compensadas con jubilaciones anticipadas y retiros voluntarios.
Los cambios que faltan en los registros y cuánto se ahorrará
Entre las medidas que fueron anunciadas, pero todavía no están en marcha, se encuentran la conversión de los legajos físicos a digitales, formando un Registro Nacional del Automotor único, simple, digital y accesible. El servicio de inscripción será remoto, abierto y accesible y estandarizado.
Por ejemplo, en el caso del patentamiento de un 0Km, también llamado inscripción, varía según sea un auto importado (2% del valor total) o de producción nacional o Mercosur (1,5% del valor total). Es decir, un modelo de los más económicos, que sale $18.000.000, hoy se pagan $360.000 de patentamiento y $900.000 al año de patente. En una transferencia, por un auto usado de $8.000.000, que es un modelo con más de 10 años de antigüedad, se pagan 440.000 pesos. La idea es achicar los gastos.
"Esto es contundente: o cambiar el sistema y poner una plataforma digital, total y absolutamente sólida con todos los datos que se necesitan, lo cual requiere de un buen tiempo; o si no, tener el sistema que es a medias digital en cantidad de registros", agregó Vázquez.
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