La Fuerza es un órgano de aplicación de los distintos convenios internacionales que son relativos a la seguridad de la vida humana en el mar, la prevención y la lucha contra la contaminación y las materias técnicas y jurídicas que guardan relación, de acuerdo a lo que establecen las leyes de aceptación de nuestro país.
El Estado, a través de Prefectura ejerce la policía de seguridad de la navegación y de la seguridad y el orden público en aguas de jurisdicción nacional y en los puertos, cumpliendo además funciones en ejercicio de las obligaciones del país como Estado de Abanderamiento y Estado Rector del Puerto, para el registro de las embarcaciones y el control de sus condiciones de seguridad, de acuerdo a las leyes y reglamentaciones que le asignan estas competencias y los diferentes acuerdos internacionales.
En la actualidad, la Fuerza se encuentra bajo la órbita del Ministerio de Seguridad de la Nación y entre sus múltiples tareas tiene a su resguardo la seguridad de todas las vías navegables interiores, además del Mar Argentino, siendo también auxiliar de la Justicia, de los derechos y las obligaciones que las leyes argentinas demandan.
Parte de su historia indica que en el año 1945 comenzó la construcción de la sede de la Prefectura Naval Argentina, en las calles Cangallo (hoy Teniente General Perón) y su intersección con la Av. Eduardo Madero, en lo que en la actualidad conocemos como Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Construcción que fue finalizada en 1949, pero sin el total de las instalaciones necesarias. Por ello su inauguración definitiva tuvo que esperar 30 años más.
Su presencia en cada río, en el Mar Argentino, la presencia ciudadana en calles de nuestro país, hacen valorable la tarea de sus efectivos, quienes a diario, como otros hombres de otras Fuerzas, arriesgan su vida combatiendo delitos o rescatando un tripulante en altamar por mencionar solo algunas de sus tareas.
A nadie le resultó extraño que en el conflicto bélico de Malvinas, su personal arriesgara y dejar su vida para defender compatriotas en un territorio usurpado.
Desde un escritorio, a bordo de un buque, montando guardia bajo los rayos del sol o con temperaturas bajo cero, ahí están serviciales.
Compartinos tu opinión