En la primera jornada del proceso contra Aldo Núñez, a quien se lo juzga por el asesinato y posterior desmembramiento de su ex pareja Nilda Núñez, el único imputado se negó a declarar y solo se remitió a escuchar las similares acusaciones de la querella y la fiscalía.

Núñez es juzgado por homicidio doblemente agravado por el vínculo y por violencia de género a partir de las pruebas que lo sindicarían como autor del asesinato de la mujer, ocurrido en Tolhuin a mediados del año pasado.

Representado por el defensor Gustavo Arizanavarreta, Núñez escuchó impávido la lectura de las acusaciones de los abogados querellantes Matías Pérez Iglesia y Carlos Fonrouge Kaufman como así también del fiscal Eduardo Tepedino.

En ambos casos, la argumentación fue similar y dio cuenta del sometimiento físico y psicológico que habría sufrido la mujer el tiempo que mantuvo relación sentimental con el único acusado del aberrante asesinato.

Violencia sin fin

De la lectura de las acusaciones se desprende Aldo Núñez y Nilda iniciaron su relación de pareja en 2015. Casi desde el primer momento se percibió un entorno tóxico, donde los celos, los gritos, las peleas y las acusaciones eran cosa de todos los días.

Incluso en una oportunidad, después de haber sido golpeada, Nilda acudió a la iglesia evangélica que asiduamente visitaba y allí le contó lo sucedido al pastor que lejos de acompañarla a realizar la denuncia policial le pidió que volviera a su casa y que rezara para que su pareja dejara de golpearla.

El vínculo siguió entre idas y vueltas hasta que en septiembre de 2015, la Justicia determinó que Aldo Núñez sea excluido del hogar, a lo que se le sumó una restricción de acercamiento. El calvario que vivía Nilda por esos días, parecía llegar a su fin. De hecho, siempre de acuerdo a los más de 40 testimonios recogidos durante la instrucción, tiempo después la mujer comenzó a mostrar mejoras en su forma de relacionarse con la comunidad y hasta se había inscripto para concluir sus estudios secundarios.

Sin embargo, a partir de marzo de 2016 todo empeoraría. Imposibilitada de trabajar, estudiar y ocuparse de sus dos hijos -el mayor fruto de una relación anterior y el menor, hijo de Aldo Núñez-, Nilda le pidió a su ex pareja que retornara al hogar conyugal.

Nuevamente afloraron las peleas, las discusiones, los gritos a toda hora y la violencia. Hasta que llegó el peor de los desenlaces: de acuerdo a estimaciones de la Justicia, entre el viernes 17 de junio y el martes 21 del mismo mes, Aldo Núñez habría matado a la mujer.

En una fuerte discusión dentro de la vivienda, que fue presenciada por el mayor de los hijos, Aldo Núñez habría golpeado a Nilda en la cabeza provocándole fractura de cráneo y luego, la habría asfixiado hasta provocarle la muerte.

Algunas horas después, dentro del baño de la vivienda, la habría desmembrado y dentro de una valija habría introducido el torso y la pierna derecha. La pierna izquierda de la mujer fue depositada debajo de la cama de su hijo mayor, envuelta en sábanas.

Preocupada porque no sabía anda de Nilda, su amiga Sofía Calvo acudió a sede policial y realizó la denuncia. Tras varios días de búsqueda, en los que incluso Aldo Núñez fue visto en la iglesia evangélica a la que concurrían junto a los dos menores, el 2 de julio de 2016 se realizó un allanamiento que permitió encontrar debajo de la cama de uno de los niños, la pierna de la infortunada mujer.

El resto del cuerpo mutilado fue hallado en un terreno cercano a la vivienda, en el barrio Los Naranjos, dentro de una valija apenas cubierta detrás de un árbol por unas ramas y trozos de madera de un árbol caído.

Pruebas contundentes

Si bien durante la instrucción Aldo Núñez aseguró ser inocente, las pruebas recolectadas en la escena del crimen indicarían que la ex pareja de Nilda Núñez se encuentra seriamente complicado porque durante el allanamiento del 2 de julio, se halló en el lugar un par de guantes que por fuera contenían rastros de sangre de la mujer y por dentro, material genético compatible con el ADN del acusado.

Además, en el lugar también fueron hallados un cuchillo y un cortante que habrían sido utilizados para desmembrar el cadáver de Nilda Núñez, quien al momento de ser asesinada llevaba 18 semanas de gestación de un bebé cuyo ADN coincidió con el del único acusado por el crimen.

Por otra parte, serán citados durante todo el proceso una veintena de testigos, muchos de los cuales han sido convocados por la querella para corroborar los testimonios acerca de los permanentes abusos físicos a los que Núñez sometía a la infortunada mujer.