El juez de la causa, el Dr. Daniel Cesari Hernández, retornó de su licencia y la investigación por el brutal crimen de Gladys Moledo pareció reactivarse de la mano de distintas medidas procesales e importantes novedades, que se suman a los ya procesados, Gustavo Daniel Blanco de 35 años, su hijo de 17, y su cuñado Juan Ramón Gómez también de 35.
La investigación había determinado por cámaras de seguridad que los tres procesado aparentemente fueron las 3 siluetas que se vieron llegar a pie a la casa de la víctima en el horario estimado de su asesinato, e inmediatamente detrás suyo un Ford Ka que se detuvo en un local a pocos metros, y que luego salió a su encuentro, el cual se dio muchos minutos después en otro punto distante del asentamiento, indica Resumen Policial.
José Manuel Gómez, hermano de dos de los encausados, fue notificado de derechos y garantías como presunto partícipe de aquella maniobra, buscando los investigadores de esta forma cerrar todo el espectro de la causa y del hecho de sangre investigado.
Ahora se aguarda el resultado de distintos exámenes de huellas y rastros de la escena del hecho, a fin de observar qué elemento puede sumarse a las imputaciones, y que rol pudieron tener cada una de estas personas.
Habiendo retornado a la provincia, se aguarda ahora qué medida dictará el juez Cesari Hernández respecto de este imputado que mantiene de momento su libertad, hasta tanto se definan elementos más firmes para su indagatoria como “partícipe” en el hecho.
El testimonio crucial de un pai umbanda
Asimismo para este martes el juez dispuso una audiencia de testimonial, postergada en razón de que se mantuvieron muchas sospechas respecto de esta persona en un supuesto encubrimiento del hecho, a partir de la destrucción de evidencias como fueron las ropas ensangrentadas de los autores del crimen y las armas homicidas.
Y es que la investigación determinó que luego de cometido el crimen, las tres siluetas que son vistas entrando y saliendo por la parte posterior de la casa de Moledo, tras varios minutos llegaron a un punto de reunión con el automóvil Ford Ka, que presuntamente los había trasladado inicialmente.
Ese punto de encuentro fue la chacra Yatel de calle Kau al 1000, donde asimismo se encuentra un templo de la religión umbanda, que precisamente profesan los imputados.
El lugar fue allanado al menos en dos oportunidades sin encontrarse elementos de relevancia, más allá de cuchillos que se determinó que no guardarían relación con el hecho investigado.
Más allá de esto persisten dudas respecto de si se quemó la ropa ensangrentada de los imputados en ese lugar, y si hay cuestiones rituales del umbandismo involucradas en el hecho que se investiga.
A tal fin este martes se aguarda la declaración testimonial del pai que encabeza esta congregación religiosa, el cual en su calidad de testigo está obligado a decir verdad, esperándose obtener nuevos elementos para la investigación.
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