
En el transcurso de esta mañana en las instalaciones del Tribunal Superior de Justicia de Río Grande, dio inició el juicio oral y publico para enjuiciar a German Sopena, quien en la noche del 28 de octubre del 2021 embistió a Santiago Liquín y provoco su muerte, por lo cual, el acusado brindó su testimonio ante los jueces y la familia del joven fallecido, y relató lo sucedido aquella noche.
En torno al debate oral y público que se está llevando en esta jornada, German Sopena brindó su testimonio sobre lo ocurrido aquella trágica noches y en primer lugar expresó que “no hay día que trato de pensar, desde el primer día me hice cargo de la situación, yo lo asistí junto con Matías a Santiago. Yo en ese momento no llevaba el teléfono, así que le pedí el teléfono a Matías que estaba obviamente shockeado y no podía ni siquiera hacer la llamada telefónica, así que le pedí yo el teléfono y ya me llevaron a la emergencia”.
De forma posterior, Sopena sostuvo que “esto es un accidente trágico, como bien dijeron en la acusación, no hay huellas de frenadas porque nunca llegué a verlo. Yo venía circulando y lo que recuerdo fue que desde el lado izquierdo una sombra y cae algo hacia el vehículo. Escucho el golpe y no tomo conciencia hasta que diviso unas piernas que pasan por arriba del parabrisa”.
Teniendo en cuenta que en el recinto se encuentran los familiares de jovencito fallecido, Sopena señaló que “trato de hacerlo lo menos doloroso posible porque tengo que contar, tengo que defenderme, pero siempre respetando la pérdida de la familia”.
Luego, retomó que había hecho antes del fatídico episodio y detalló que “yo ese día venia por debajo de la velocidad permitida, venía en total dominio, control del vehículo y consciente. Ese día nosotros estuvimos en casa, era el día de mi cumpleaños, estuvimos festejando con la familia, estuvimos festejando con mis hijos y mi hermano. Llegó el momento de la torta, del brindis y me sirvo una latita de cerveza. No había tomado alcohol en toda la noche, estaba tomando gaseosa porque los días de la semana por lo general no tomo y muy rara vez los fines de semana”.
Agregando que “si tomé, como bien dio resultado la alcoholemia habrá sido medio vaso y no llegué a terminar el vaso de cerveza. Eso habrá sido once de la noche, comemos la torta, se van y nosotros con mis hijos subimos al auto, los llevo a la casa de su madre porque en ese momento los dos vivían con la madre en el centro y de ahí retomo la vuelta a casa, a mi domicilio”.
Entonces, describió que sucedió en el transcurso de vuelta hacia su casa “venía tranquilo, no venía acelerando para llegar rápido a mi casa, venía paseando, manejando normal. Si recuerdo que antes de llegar al semáforo de 25 de mayo estaba el rojo. Así que viendo eso, levanto la velocidad, piso el acelerador y freno. Y antes de llegar se pone en verde, así que no llego a frenar en totalidad. Vuelvo a acelerar y mantengo la velocidad normal, no venía con exceso de velocidad”, resaltó Sopena
“Paso el semáforo de la esquina de Almirante Brown que siempre está en verde para pasar y yo venía bien sobre el carril izquierdo y pocos metros paso la esquina, y veo una sombra y algo que cae sobre el auto. Digo esto porque venía manejando, prestando atención, venía sin celular, venía prestando atención a la calle y tratando de tener la periferia siempre puesta sobre la mano derecha. Sobre la mano izquierda prácticamente, no prestaba atención porque no esperaba que algo cruce de ese lado porque el paredón está bastante alto y está puesto justamente para para no cruzar por ahí, no entra un pie en el cordón que está bajando del paredón”, sumó el acusado.
Por lo cual, recalcó que “escucho el golpe, detengo el vehículo y cuando me bajó me di cuenta que había golpeado a dos chicos. Ahora sé quiénes son y los voy a llamar por su nombre, lo veo a Santiago inconsciente en el piso, sin moverse y lo veo a Matías que estaba incorporándose y rengueaba acercándose a Santiago. Yo les digo que no los vi, que de dónde salieron y él me dice que tampoco no me vio, que no me vio, que lo perdone, que no me vio y que estaba preocupado por Santiago”, detalló Sopena en relación al diálogo que mantuvo aquella noche con Matías Berger.
De forma posterior “le digo que trate de no tocarlo que lo deje como está y le pedí el teléfono para llamar a la policía. Luego de eso llegó la policía, pararon unos vehículos. Antes de que llegue Tránsito, me parece que también quisieron llamar o llamaron, no me acuerdo, pero llegó el inspector de tránsito, despejaron el lugar y al rato llegó Bomberos, y después de bastante tiempo llegó la ambulancia”.
Por lo cual, Sopena se quebró y dijo muy angustiado “desde ese día paso por ahí, para entender, no encuentro explicación más que entender que fue un accidente trágico tanto para la familia como para Matías. En el lugar del accidente, ese día se hizo presente mi hermano mayor, yo no tenía teléfono. Me prestó el teléfono un inspector de tránsito. Llamé al teléfono fijo de mi ex. Ahí hice una triangulación para conseguir el teléfono de mis hermanos, mi hermano mayor se hizo presente y me estuvo acompañando. Fuimos a la me quedé ahí hasta que la policía nos llevó a la sede central, donde me tomaron la declaración”.
Por último, German Sopena remarcó que aquella noche “apenas llegó tránsito me hicieron la alcoholemia, después de terminar todo lo que fue la declaración. Yo tuve intención de ir al hospital para ver cómo estaba Santiago y hablar con la familia. La policía me dijo que no le aconsejaba porque el estado era bastante crítico y estaban todos muy sensibles. Así que me fui a casa y mi hermano se quedó conmigo, y a las siete de la mañana lo primero que hago es prender la radio y escuché la noticia de que había fallecido”, concluyó el imputado.
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