Así se refrió el abogado Francisco Ibarra, representante de Gabriela Castellanos, mujer que sufrió un ACV en el año 2012 y debía afrontar un nuevo juicio con los médicos Raúl Gerónimo Rausch y Juan Carlos Montenegro Martínez, quienes permanecen prófugos de la Justicia y en rebeldía.

En las últimas horas es de publica transcendencia la búsqueda de los médicos que debían ser llevados a juicio el pasado 14 de febrero por el delito de “lesiones gravísimas culposas”, sin embargo, poco es lo que se habla sobre lo sucedido ese jueves 7 de junio de 2012, cuando la vida Castellanos dio un giro inesperado.

En declaraciones a Minuto Fueguino, el abogado defensor, Dr. Francisco Ibarra, se refirió al hecho de presunta mala praxis que causaron lesiones gravísimas en su defendida.

“Gabriela es abogada, trabajaba como pro secretaria en la Cámara Civil de Apelaciones. El día jueves 7 de junio del año 2012 no pudo concurrir a trabajar producto de un fuertísimo dolor de cabeza, ella lo describe como un hecho súbito, inmediato, un poderoso dolor de cabeza que la hace despertar a las 4:30 de la madrugada”, y describió, “ese dolor de cabeza le provoca vómito que la hace caer al piso, cuando estaba un poco mejor en el trascurso del día, es cuando concurre a verlo al doctor Rausch, quien le indica que se trataba de un dolor cervical, con semejante dolor de cabeza dijo que se trataba de una contractura y le da un analgésico local”.

A pesar de este cuadro, el letrado señaló que, “no se le realiza una tomografía computada, bastaba con que se lo pidiera para que su obligación como médico estuviese cubierta y no lo hizo. Gabriela concurre nuevamente el día sábado con este doctor por la misma situación, pero el doctor Rausch se limitó a extraerle una verruga que tenía en el cuello, y lo más lamentable es que señaló en audiencia que ese dolor podía ser por la inflamación de una verruga, eso es increíble”.

En esa segunda visita al médico, tampoco se le habría indicado la realización de una tomografía, “ella seguía con este dolor, para el domingo ya era insoportable, concurrió por guardia al Sanatorio y lo ve al doctor Montenegro Martínez, quien a pesar de haber señalado en la historia clínica cefalea y dolor cervical, tampoco indicó que se debía hacer la tomografía que era el tratamiento inmediato”.

Sin mejorías, la mujer concurre a su trabajo, “el lunes concurrió a su puesto de trabajo porque no tenía certificado médico, no tenía nada, no le indicaron que debía hacer reposo ni nada. Sus propios compañeros al verla en el estado que estaba le dicen que no podía continuar, la hermana ese día la lleva al hospital, la médica de guardia apenas la ve, apenas escucha sobre su dolor de cabeza y apenas le ve la cara desencajada, es que ordena inmediatamente la tomografía”.

Finalmente, el diagnostico dio a conocer un hematoma en evolución, “resulta que tenía un ACV, que se provocó por toda esa demora, con una operación de cráneo que debió ser sometida por las distintas lesiones que se le provocó”.

De tal forma, que los médicos Rausch y Montenegro están siendo juzgados, “por la demora en diagnosticar y recetar la tomografía. Si la hubiesen indicado como correspondía, otra podría haber sido otra la posibilidad de Gabriela, porque hay distintas clases de operaciones que resuelven la aneurisma, pero los médicos omitieron este deber que ellos tenían”, sentenció Ibarra.

Y recordó: “el primer juicio se los absolvió por beneficio de la duda, porque la jueza, la doctora Buitrago, señaló que no podía saber lo que Gabriela les dijo a los médicos, independientemente que había 15 testigos que vieron en el estado en el que estaba”.

“Esa sentencia fue recurrida por mi parte, fue al Superior Tribunal de Justicia que revoca esa sentencia, quien dice que es una sentencia arbitraria, que no tiene ninguna clase de fundamento. La jueza no analizó ni uno de todos los testimonios que se presentaron”.

En tal sentido, explicó los motivos de elevación de un nuevo juicio, “nuestro código procesal penal impide que el Superior Tribunal dicte otra sentencia cuando son anuladas y ordena que se haga un nuevo juicio, que se rehaga el debate con una nueva sentencia por otro juez”.

Eso es lo que resolvió, con fecha prevista de debate para el pasado lunes 14 de febrero, “y ese es el momento que esta gente se prófuga. Genera demasiado dolor poder verla en el estado que está y saber que estos médicos en lugar de defenderse y tratar de demostrar su verdad, lo que hacen es ocultarse”,

Por tu último, dio a conocer el estado de salud de su defendida, “Gabriela está consciente, sabe todo lo que sucede, pero tiene una incapacidad absoluta, no puede trabajar, se moviliza a través de una silla de ruedas, tiene una parálisis en la mitad de su cuerpo y también una serie de lesiones a nivel corporal y en lo que se refiere a su capacidad intelectual. A partir del año 2012 dejó de ser la persona que era hasta antes del 7 de junio, perdió toda su vida, era una abogada que trabajaba, un magíster en derecho, estaba haciendo otra magistratura más, pretendía hacer otra tesis y eso ya no existe”.