La historia de la exploración y conquista de la Antártida estuvo marcada por la valiosa participación de perros y trineos. Sin embargo, pocos conocen el papel fundamental que jugaron los mismos en la conquista del continente blanco por parte de Argentina. En este Día del Perro te contamos su historia y su importancia.
El Perro Polar Argentino fue una raza creada por insistencia de Eva Duarte, esposa de Juan Domingo Perón, y fue protagonista clave en el afianzamiento de la soberanía argentina en este territorio de clima tan hostil. Aunque esta raza forjada con fines específicos, se convirtió en un pionero en la Antártida, lamentablemente enfrentó un destino trágico y su extinción en la década del '90.
Su historia
Durante la década del '50, los antárticos argentinos se valieron de perros de trineo para recorrer y explorar el territorio desconocido de la Antártida. Estos canes resultaron cruciales en una época en la que los vehículos terrestres y aéreos no eran confiables en el terreno antártico, lo que les otorgó un papel destacado en las misiones exploratorias y el establecimiento de nuevas bases nacionales.
El pionero Hernán Pujato, obsesionado con la Antártida, tuvo la idea de utilizar perros para afianzar los derechos de Argentina sobre el territorio. Luego de contarle sus planes a Eva Duarte, esta última lo conectó con el presidente Perón, quien autorizó la creación del Perro Polar Argentino. Pujato viajó a distintas partes del mundo, incluyendo Alaska y Canadá, para prepararse y comprar 36 perros entrenados para arrastrar trineos y otro equipamiento necesario.
Raza argentina
El objetivo del Proyecto del Perro Polar Argentino era crear una raza canina que pudiera arrastrar pesadas cargas a lo largo de grandes distancias, que fuera fácil de criar y mantener, y que ofreciera funciones operativas similares a los transportes mecánicos. A partir de la selección y el cruzamiento con otras razas polares, se moldeó una variedad mestiza de perro polar autóctono nacido y criado en las bases argentinas.
Lamentablemente, en 1991 se estableció el Protocolo de Madrid, que designó a la Antártida como una reserva natural mundial. Como el Perro Polar Argentino no era una especie autóctona de la región, todos los países que tenían estos perros en sus bases debían retirarlos para proteger el ecosistema antártico. La fecha límite para la evacuación de estos perros fue el 1° de abril de 1994. La mayoría de los perros no sobrevivió debido a la pérdida de inmunidad a enfermedades comunes a los perros por haber vivido siempre en la Antártida, y la dificultad de realizar nuevas cruzas condujo a la extinción de la raza.
Cabe destacar que el Perro Polar Argentino fue un protagonista olvidado en la conquista de la Antártida, una raza canina creada por insistencia de Eva Duarte y autorizada por Juan Domingo Perón. Su valiosa contribución en la exploración del continente blanco y su papel en el afianzamiento de la soberanía argentina lo convirtieron en un pionero clave. Sin embargo, su extinción en la década del '90 marcó el silencioso final de este ejemplar canino que dejó una huella imborrable en la historia de la Antártida argentina.
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