
El hallazgo de una mina antitanque en Yorke Bay, cerca de Puerto Argentino, reaviva la preocupación por los riesgos que aún persisten en el territorio argentino ocupado desde 1833.
El hecho
El jueves pasado, una persona que paseaba por la playa de Yorke Bay detectó un artefacto sospechoso que resultó ser una mina antitanque. De inmediato, las autoridades locales acordonaron el área, y equipos especializados, incluidos la Fuerza de Defensa local y el grupo EOD (Eliminación de Municiones sin Explotar), montaron guardia durante la noche.
La mina fue detonada de forma controlada el viernes a las 7:00 AM, permitiendo reabrir la playa tras el operativo, aunque el hallazgo resalta una inquietud mayor: la amenaza latente de explosivos no detectados.
El trasfondo histórico
Durante la guerra de 1982, las fuerzas argentinas sembraron cerca de 20.000 minas, principalmente antipersonales y antitanque, como parte de su estrategia defensiva. Tras la retirada argentina, gran parte del territorio quedó inaccesible debido a los riesgos asociados a los campos minados.
En 2009, el Reino Unido financió un programa de desminado con la participación de expertos de Zimbabue. Este esfuerzo permitió que, en noviembre de 2020, las Islas Malvinas fueran declaradas oficialmente libres de minas. Sin embargo, las características del terreno —dunas móviles y campos de turba— hacen que los explosivos puedan desplazarse y reaparecer, incluso décadas después.
¿Por qué sigue siendo un riesgo?
A pesar de la declaración de "libre de minas" en 2020, el terreno de las Islas Malvinas presenta condiciones que dificultan la detección absoluta de explosivos. Este incidente subraya que las campañas de desminado, aunque efectivas, no eliminan por completo el riesgo.
Protocolo ante hallazgos sospechosos
Las autoridades locales instan a la población y a los visitantes a:
- Evitar tocar cualquier objeto sospechoso.
- Notificar de inmediato a la policía o equipos especializados.
- Respetar las zonas marcadas como peligrosas.
Malvinas y soberanía argentina
Este hecho también pone en evidencia las consecuencias de la ocupación ilegal británica de las Islas Malvinas desde 1833, una disputa de soberanía que Argentina sostiene bajo principios de integridad territorial. Los campos minados son un legado trágico del conflicto bélico y un recordatorio de la importancia de resolver esta cuestión en el marco del derecho internacional.
La vigilancia y educación comunitaria seguirán siendo herramientas clave para evitar tragedias y reforzar la seguridad en este territorio argentino ocupado.
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