Javier Milei quedó atrapado en una encrucijada. El 42º aniversario por la Guerra de Malvinas lo obligó a elegir entre dos opciones que no le cierran. El Presidente, por un lado, no quiere compartir protagonismo con su vice --menos después de que lo haya bautizado “jamoncito”--, pero, por el otro, tampoco pretende que sus desencuentros expongan aún más los cortocircuitos en el Gobierno. Por eso, finalmente, se verán las caras el 2 de abril, una fecha que resalta otro contraste entre ambos: el mandatario no oculta su admiración por la expremier británica Margaret Thatcher, mientras que Victoria Villarruel presume su perfil nacionalista y ser hija de un excombatiente. En medio de estos contrapuntos, en el Gobierno dieron de baja el desfile militar en el que trabajaba la vicepresidenta, se planificaron agendas paralelas y la idea es que en los actos conmemorativos se crucen lo menos posible.
Para el martes 2 de abril, aniversario del desembarco de las tropas argentinas en las Islas, Karina Milei prepara tres actividades conexas, de las que participarán el Presidente junto a los ministros de Defensa y Seguridad, Luis Petri y Patricia Bullrich. En el calendario figura una serie de eventos que arrancarán a las 10 AM en el Cenotafio de los Caídos en Malvinas, donde se encuentran las 25 placas de granito negro que llevan grabados los nombres de los 649 soldados que perdieron la vida en la Guerra. Es probable que ahí, en la Plaza San Martín, haya una foto con Villarruel, aunque hasta ayer a la tarde la invitación a la vice aún no le había llegado. "Es una fecha muy especial para ella, no se lo va a perder", aseguran en el Senado.
Las actividades oficiales continuarán a las 15 en la Casa Rosada, cuando Karina Milei y Manuel Adorni rebauticen el Salón de los Pueblos Originarios con algún nombre alegórico a la causa Malvinas, y cerrarán a las 17, con un Tedeum en la Catedral de Buenos Aires, al que también asistiría la vice. En la agenda de Villarruel, no obstante, existen otros compromisos. El miércoles 3 de abril, la vicepresidenta encabezará una entrega de Diplomas de Honor a excombatientes en la Cámara alta y tiene anotadas presentaciones y homenajes para el resto de la semana. Milei está invitado, habrá que ver si dice presente o gambetea el compromiso.
Contrapunto por Malvinas
“La cuestión Malvinas es algo que siempre tengo muy presente”, repite la abogada, hija de un excombatiente. Eduardo Marcelo Villarruel --su padre-- ocupó el cargo de segundo jefe de la Compañía de Comandos 602, detrás de Aldo Rico, y fue prisionero de los ingleses. Como contó Página/12, el teniente coronel no solo se vanagloriaba de haber combatido al ejército británico, sino también de haber “luchado contra la subversión” en el Operativo Independencia durante la última dictadura.
Bajo ese linaje castrense, Malvinas es un punto central en la vida política de Villarruel. Por eso, su plan original era gestar un gran desfile militar frente al Congreso. La propuesta, sin embargo, no pasó el filtro de la Secretaría General de la Presidencia. "No hay plata", fue el argumento que le dieron. "Era muy oneroso", terminó replicando la vice con cierta resignación. La ajustada billetera y el mensaje de austeridad pesaron, pero también los recelos por el protagonismo de Villarruel. "Queríamos ir a la luna y no pudimos ni encender el cohete", admiten en su entorno.
"Jamoncito" y el rol de las Fuerzas
Con un perfil más alto, y apoyada en encuestas que la ubican compitiendo en popularidad con el Presidente, Villarruel ahora no se queda callada. De ahí que en la previa del 2 de abril, haya desafiado a Bullrich y Petri, al cuestionar su proyecto para que las Fuerzas Armadas participen en tareas de seguridad interior, en particular, combatir al narcotráfico. "No están para perseguir civiles", les recriminó Villarruel. "Hay que superar los miedos", le respondió la ministra de Seguridad.
El Presidente, en privado, tampoco se guarda nada. La llamó para expresarle su enojo por la falta de obediencia respecto al congelamiento de sueldos en el Congreso, le lanzó un ataque masivo de trolls por el revés del decreto en el Senado y le hizo llegar su queja por el apodo de "jamoncito". Sobre esto último, en el entorno de la vice admiten que hubo un "reclamo" y argumentan que se "malinterpretó el chiste". A Milei, claramente, no le gustó y se lo hizo saber.
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