El Indec dará a conocer en las próximas semanas los últimos indicadores sociales antes de las elecciones presidenciales de octubre. Será una foto “vieja”: no reflejará el impacto de la devaluación del tipo de cambio oficial post PASO y del fogonazo inflacionario que la acompañó, y que amenaza con una caída más pronunciada del poder de compra del salario y otros ingresos fijos de la población, que agravará, por ejemplo, los índices de pobreza.
La simulación de los microdatos de la EPH del segundo y tercer trimestre de 2023 proyecta una tasa de pobreza de 42% de la población para el semestre febrero-julio (UTDT)
Más allá de esa foto puntual, la secuencia promete que la situación será más crítica en los meses posteriores, precisamente por el efecto de la devaluación de agosto y una inflación que avanzó a ritmo de dos dígitos mensuales, según estiman en el Gobierno y en el sector privado. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) se conocerá esta semana.
La consultora LCG también consideró que “una de las consecuencias directas de este nuevo escenario será el deterioro de indicadores socioeconómicos, principalmente la pobreza”, mencionó. “Ya instalada en niveles que superan el 40%, el nuevo salto inflacionario supondrá un nuevo incremento”, apuntó y además le puso números a ese potencial aumento de la pobreza.
10 puntos de inflación en la canasta básica dejan 1.500.000 nuevos pobres, 5% de pobreza adicional (LCG)
La consultora Ecolatina, por su parte, hizo un análisis sobre lo que podría pasar en el mercado laboral, tomando en consideración que es un indicador social que muestra números positivos, aunque en un contexto de fuerte caída del poder de compra.
“Si bien a priori se puede pensar en una fuerte disociación con los niveles de actividad económica del primer semestre, lo cierto es que la medición de esta última es mucho más sensible al golpe que la sequía le propinó al agro: excluyendo este sector, estimamos que la economía creció 1,3%, un guarismo más en línea con lo acontecido con el empleo formal”, analizó Ecolatina en base a los últimos datos oficiales laborales.
“Al igual de lo que prevemos ocurrirá con la actividad económica, el crecimiento que se viene observando en el empleo formal, y en particular de los asalariados del sector privado, comenzará a desinflarse en la segunda mitad del año. Esto no solamente estará vinculado a la profundización del escenario recesivo, sino también a la mayor incertidumbre acerca de lo que ocurrirá luego de los comicios”, aseguró en un informe a clientes.
“En cualquier caso, esperamos que, a diferencia de la actividad económica, el promedio del año cierre en terreno positivo, y el avance del empleo sea uno de los principales activos de la actual administración: terminados los 4 años de gobierno habrá crecido alrededor del 5% si tenemos en cuenta el crecimiento poblacional. La contracara ¿o la explicación?, sin embargo, estará en el salario real que, incluso en el caso de los trabajadores registrados, retrocederá más de 6% a lo largo del mandato”, concluyó el informe de marras.
Esperamos que, a diferencia de la actividad económica, el promedio del año cierre en terreno positivo, y el avance del empleo sea uno de los principales activos de la actual administración (Ecolatina)
“Además, el salario mínimo, proxy de ingreso del sector informal, se ubicaría 11,3% por debajo de 2019 y 34,8% por debajo de 2015. En este marco, la tasa de pobreza alcanzaría al 40% de la población en el promedio del año, frente al 24,8% del 2011 (según registros de la UCA)”, dijeron desde la consultora fundada por Martín Redrado.
“La situación se vuelve aún más delicada al considerar que entre niños y adolescentes la pobreza alcanzaría al 61,6% en 2023, en un contexto de amplio crecimiento en la asistencia social, siendo que casi la mitad de los niños reciben alguna ayuda social, frente al 38% que la recibía en 2011-2015 (considerando tanto AUH como otras transferencias no contributivas)”, concluyó la Fundación Capital
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