
El próximo lunes 31 de marzo, el INDEC dará a conocer las cifras oficiales de pobreza e indigencia correspondientes al segundo semestre de 2024. De acuerdo con las estimaciones de consultoras privadas y fuentes oficiales, ambos indicadores habrían registrado una reducción respecto al pico alcanzado a mediados del año pasado.
Según proyecciones preliminares, la pobreza podría haberse ubicado cerca del 37% al cierre de 2024, lo que marcaría una baja respecto al 41,7% registrado en el primer semestre, uno de los momentos más críticos producto de la fuerte devaluación de diciembre de 2023 y la aceleración inflacionaria.
El comportamiento de la indigencia también habría mejorado, con una estimación que la ubica entre el 8% y el 10%, luego de haber alcanzado un preocupante 18,1% en la primera mitad de 2024. Esta caída estaría vinculada principalmente a la contención social que logró mantenerse mediante la continuidad de programas como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar, dos políticas heredadas de la gestión anterior.
El contraste entre la primera y la segunda parte del año es marcado. Mientras que los primeros meses estuvieron signados por recesión, pérdida de empleo y deterioro de los ingresos, el segundo semestre mostró cierta recomposición. Entre los factores que explican la mejora figuran la desaceleración de la inflación, una incipiente recuperación de la actividad económica y una leve mejora de los ingresos en algunos sectores.
No obstante, las consultoras advierten que la caída de la pobreza no se distribuyó de manera uniforme y que la vulnerabilidad sigue siendo alta. La indigencia, aunque retrocedió, aún duplica los niveles registrados en la segunda mitad de 2023, cuando fue del 11,9%.
El dato final será clave para evaluar el verdadero alcance de la política económica actual y las medidas sociales de contención, en un contexto donde amplios sectores de la población aún enfrentan ingresos insuficientes y condiciones de vida frágiles.
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