
Los empresarios textiles expresaron su inquietud ante las políticas económicas implementadas por el Gobierno, especialmente en relación con la combinación de un tipo de cambio retrasado y la falta de controles efectivos en el comercio exterior. Durante el encuentro anual Protejer 2024, la Fundación Protejer destacó los principales desafíos que enfrenta el sector, en un contexto que consideran crítico para la industria manufacturera nacional.
Impacto del tipo de cambio y la inflación
El secretario de la fundación, Jorge Sorabilla, señaló que el retraso del tipo de cambio ha erosionado la competitividad de la industria textil. “La inflación acumula un 107% este año, mientras que el dólar sólo aumentó un 30%. Esa diferencia de 70 puntos hace que nuestros precios hayan dejado de ser competitivos”, explicó. Aunque al inicio del gobierno actual hubo una mejora relativa tras la devaluación inicial, la aplicación del “crawling peg” del 2% eliminó rápidamente ese beneficio.
Importaciones y comercio desleal
Otro punto crítico para los empresarios es la decisión del Gobierno de no aplicar medidas contra lo que consideran “comercio desleal”. Aunque la estructura arancelaria se mantiene, con un 35% para textiles según lo permitido por la OMC, advierten que esto no impide el ingreso de productos subvaluados. Ejemplo de ello es la llegada de una prenda al puerto a un precio irrisorio de 1 dólar, que, incluso con aranceles, sigue siendo altamente competitivo frente a los productos nacionales.
La eliminación de los valores criterio en la Aduana y la autorización para importar vía courrier productos por hasta 3.000 dólares fueron consideradas como señales negativas para el sector. “Más que soluciones, parecen provocaciones”, afirmó Luciano Galfione, presidente de Protejer.
Caída en la actividad y uso de la capacidad instalada
La industria textil cerrará este año con una caída del 20% en su actividad, según proyecciones de los empresarios. Además, el uso de la capacidad instalada promedió un 44%, alcanzando un 51% en octubre, muy lejos del 75% necesario para operar con rentabilidad.
Problemas estructurales y altos impuestos
Galfione también resaltó que el problema de la competitividad sistémica en Argentina agrava la situación. Una prenda vendida en un shopping incluye un 50% de impuestos en su precio final, de los cuales solo el 8% llega al industrial. Esto, indicaron, no solo perjudica al sector sino que además encarece los productos para el consumidor sin generar mejoras en la actividad económica interna.
Perspectivas para 2025
A pesar del panorama desalentador, los empresarios textiles esperan una recuperación del 10% en la actividad para 2025, impulsada por la estabilidad de precios y un aumento en el consumo. Sin embargo, enfatizaron que sin cambios estructurales y políticas que protejan la industria nacional, será difícil lograr una recuperación sostenida.
Con la mirada puesta en la estabilidad macroeconómica, los industriales insisten en la necesidad de encontrar un equilibrio entre el control de precios y el fortalecimiento de la producción local para evitar una mayor dependencia de productos importados.
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