A partir de esta normativa, productos como analgésicos y antiácidos podrán ser vendidos en kioscos, supermercados y almacenes, siempre y cuando se cumplan condiciones mínimas como la prohibición de venta a menores de edad y la correcta exhibición en góndolas señalizadas. Los medicamentos deberán estar en envases cerrados y acompañados de su prospecto.
El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, justificó la medida destacando tres aspectos clave: comodidad, accesibilidad y competencia de precios. A través de un comunicado en la red X (antes Twitter), subrayó que esta flexibilización permitirá a los consumidores adquirir medicamentos junto con sus compras habituales y, al mismo tiempo, resolverá la falta de farmacias en áreas rurales. “No tiene sentido recorrer decenas de kilómetros para comprar un ibuprofeno si se puede adquirir cerca del hogar”, afirmó.
Nuevas disposiciones para farmacias y comercios
El decreto también detalla los requisitos para los comercios que no son farmacias pero deseen vender estos medicamentos. Deben garantizar condiciones específicas de almacenamiento, seguridad, y contar con una póliza de seguro que cubra riesgos asociados a la venta de productos farmacéuticos. Además, se prohíbe el acceso directo del público a los medicamentos y el fraccionamiento de envases.
En tanto, las farmacias tendrán un plazo de 60 días para adecuar sus góndolas, que deberán incluir información detallada sobre los laboratorios fabricantes y los precios. La venta de medicamentos bajo receta médica, sin embargo, sigue restringida exclusivamente a farmacias habilitadas con la presencia de un farmacéutico responsable.
Impacto en precios y competencia
Un objetivo adicional de esta medida es reducir las disparidades de precios en productos de uso común. Según Sturzenegger, en algunos casos las diferencias entre marcas alcanzan hasta ocho veces el valor. “La competencia en canales alternativos reducirá estas brechas, beneficiando al consumidor final”, afirmó.
Limitaciones en la venta
Aunque la normativa flexibiliza los puntos de venta, limita los tipos de medicamentos que pueden ofrecerse fuera de las farmacias. Solo se permitirá la comercialización de analgésicos y antiácidos, aunque la Autoridad de Aplicación podrá ampliar este listado en el futuro.
Desde el Ministerio de Salud confirmaron que la desregulación busca mantener el equilibrio entre el acceso masivo y el control sanitario. “Es una medida que apunta a modernizar el sistema, garantizando al mismo tiempo la seguridad de los consumidores”, concluyeron.
Compartinos tu opinión