El rubro de la indumentaria, sólo en septiembre, subió 10, 6 % de acuerdo al INDEC. Se trata del sector comercial que se vio duramente golpeado por la pandemia y que impacta de lleno en el bolsillo del consumidor. ¿Dónde conviene comprar?.
La Opinión Austral recorrió comercios locales para conocer los valores de la indumentaria, sector que registró el mayor aumento en el último año.
Acorde al informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, el rubro de ropa y calzado tuvo un alza del 10,6 % sólo en septiembre, muy por encima del 6,2 % de la inflación promedio.
La fuerte suba tuvo un impacto directo en el consumidor que, indefectiblemente, fue cambiando sus hábitos de consumo acorde a las subas registradas. En términos generales, comprar un pantalón de vestir, por ejemplo, en un comercio local de Río Gallegos ubicado sobre las avenidas Kirchner y San Martín, puede costar hasta 30 mil pesos.
La recorrida en otros comercios locales no arrojó grandes diferencias, pero sí algunas ofertas. Por ejemplo, jeans cuestan entre 13 mil y 20 mil pesos en uno de los locales entre San Martín y Fagnano, las remeras oscilan entre los 6 mil y 10 mil pesos, y zapatillas deportivas, entre 20 y 30 mil pesos. Sin embargo, pueden encontrarse algunas ofertas en jeans que van desde los 7 mil pesos como base y unos 12 mil pesos para zapatillas más económicas.
Las cifras sólo arrojan precios de base, después, suben y pueden escalar, por ejemplo, en zapatillas de más de 45 mil pesos, remeras de hasta 15 mil pesos o jeans de 40 mil pesos, dependiendo la marca, calidad y ubicación del local comercial. Otro factor determinante en los valores es, por ejemplo, las prendas que están fuera de temporada o aquellos ingresos exclusivos que pueden duplicar el valor de un artículo a otro, según la época del año.
LOS MOTIVOS
En términos generales, los comerciantes aducen el fuerte aumento a la inflación generalizada, que también se ve golpeada por el aumento en los alquileres, para quienes no cuentan con un local propio. Por ejemplo, un alquiler comercial céntrico, de base y de 50 metros cuadrados, tiene un piso de 60 mil pesos. A eso se le suman los impuestos municipales que van desde la habilitación comercial y demás. Otro factor económico diferencial dependerá de si el comercio cuenta, por ejemplo, con empleados contratados o son atendidos por dueños directos.
Sin embargo, muchos comerciantes apelan a la clientela fija, programas de cuotas sin interés y ofertas en efectivo, para que el impacto económico en el bolsillo del cliente no sea tan fuerte.
“Durante la pandemia obviamente no pudimos vender nada, apenas por internet, pero la ropa las clientas quieren probársela, entonces se hizo muy difícil”, señaló una de las empleadas comerciales a La Opinión Austral.
En el local, por ejemplo, tienen algunas ofertas de pantalones descontinuados, esto significa que no tienen cambio y que pueden tener alguna falla. Por otro lado, sostuvo, “tenemos clientas de casi toda la vida que ya las conocemos e incluso les conocemos el gusto y el talle, entonces vienen por algo específico y se lo llevan sin problema, en su mayoría pagan en tarjeta y en cuotas, porque si tenemos sin interés la inflación ya en las últimas cuotas ni se siente”, señaló.
LA VENTA VIRTUAL
Uno de los puntos que compite con el comercio físico es la venta por internet, un problema ya histórico que cada vez se consolida más y no escapa a ninguna ciudad.
Sería una “zona gris” para los agentes encargados de controlar, dado que operan en plataformas virtuales, mayormente Facebook e Instagram, y detectar una dirección física es un vacío difícil de encontrar.
Por ejemplo, en Marketplace, el espacio virtual que Facebook propone como medio de venta, se pueden encontrar jeans desde 3 mil hasta los 6 mil pesos, valores sumamente bajos si se los compara con los que ofrece el comercio céntrico. Mientras que, unas zapatillas de lona básicas, oscilan entre los 3 mil y 5 mil pesos. Una remera de algodón básica, por ejemplo, no supera los 1.500 pesos.
Vestirte con ropa de comercios del centro puede costar 30 mil como mínimo
Sucede, también, que la calidad es inferior a la que venden en los locales más reconocidos y de marcas nacionales. Por lo que comprar un pantalón dependerá a qué se apunte: relación precio/calidad y también comodidad.
Nadia es una vecina de la ciudad que, si bien tiene un trabajo fijo, vende ropa por internet para “sumar unos pesos”, contó a La Opinión Austral. Las prendas que vende, en general, son para mujer y están, aproximadamente, a la mitad de lo que cuestan las que se encuentran en comercios.
Según el INDEC, el rubro de ropa y calzado tuvo un alza del 10,6 % sólo en septiembre
“La verdad es que todo lo que compro lo vendo, por suerte tengo varias clientas que siempre están atentas a lo que traigo y tienen confianza porque además saben que les doy facilidades de pago”, señaló.
Desde jeans, hasta réplicas de camisetas de fútbol, todo lo que le llega, lo vende a través de Facebook. “La gente busca precios, saben que hay mucha diferencia con la ropa que se vende en el centro y hoy capaz prefieren gastar la mitad porque está imposible comprar”, agregó.
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