El Gobierno nacional oficializó la ley de Boleta Única de Papel (BUP), que se implementará por primera vez en las elecciones legislativas de 2025. La ley 27.781, que modifica el Código Electoral Nacional, fue promulgada a través del decreto 915/2024, publicado recientemente en el Boletín Oficial. Esta nueva modalidad sustituirá a las tradicionales boletas partidarias, permitiendo que los votantes elijan a los candidatos de diferentes partidos en una sola papeleta, marcando con una cruz a los postulantes de su preferencia para cada categoría de cargos.

El formato de la Boleta Única estará organizado por filas horizontales para las diferentes categorías de cargos y columnas verticales para cada agrupación política. Todos los partidos tendrán el mismo espacio en la papeleta, y se identificarán claramente con su nombre, sigla, emblema y número. Para las elecciones presidenciales, cuando se incluyan legisladores en la misma franja, se utilizará el nombre de la agrupación nacional, mientras que en las primarias, se indicará la denominación de la lista interna.

Además, la BUP incluirá la foto, nombre y apellido de los candidatos a presidente, vicepresidente, senadores y los dos primeros aspirantes a diputados, así como los parlamentarios del Mercosur. En los casos donde algún partido no presente candidatos para una categoría específica, se incluirá la leyenda "No presenta candidato" en el espacio correspondiente.

La confección de las boletas estará a cargo del Estado, asegurando igualdad de condiciones para todos los partidos. También se imprimirán afiches con las listas completas de candidatos que serán expuestos en cada centro de votación para facilitar la información a los electores.

La ley dispone que, al menos 45 días antes de los comicios, la Junta Electoral Nacional de cada distrito convocará a una audiencia pública con los representantes de los partidos para exhibir el diseño final de la Boleta Única, donde se aprobarán los símbolos, fotos y demás elementos necesarios.

Con esta reforma, el Gobierno busca eliminar prácticas fraudulentas como el robo de boletas, el "voto cadena" y el uso de recursos clientelistas, nivelando así las condiciones para todos los partidos, en especial los opositores, minoritarios y nuevos. Esta nueva forma de votar pretende garantizar mayor transparencia y equidad en el proceso electoral.