El dirigente de la Asociación Rural y ex candidato a vicegobernador de Juntos por el Cambio se prepara para la carrera por una banca en Diputados, y para disputar su lugar en las PASO. Aseguró que desde hace ocho meses viene trabajando con un equipo integrado en su mayoría por mujeres y donde también tiene su espacio la juventud. Como militante radical, adelantó que si el partido considera que hay otro más apto, está dispuesto a acompañar, pero no apoyará “proyectos personales o una solución particular que no tenga proyección a largo plazo”. Espera que el resto de los que compitan respalde a quien resulte más votado en las internas abiertas y obligatorias, y no se termine yendo “a la vereda de enfrente”, como ya ha ocurrido.
El precandidato a diputado nacional por la UCR, Fernando Gliubich, confirmó por Radio Universidad su intención de disputar un lugar en las PASO en representación del radicalismo, y avizoró que serán varios los que formarán parte de la partida, con la expectativa de que, aquel que gane, reciba el apoyo del resto y no terminen “en la vereda de enfrente”, como ya sucedió.
Gliubich fue candidato a vicegobernador por Juntos por el Cambio, si bien es más conocido por su actividad al frente de la Asociación Rural. En primer lugar puso el acento en la necesidad de datos, “tanto para gobernar como para manejar una empresa privada”, en cuestión de estadísticas, cantidad de población y también evaluaciones desempeño. “Los entes autárquicos del gobierno los tienen, también las universidades, algunas instituciones científicas. Esto tiene que ver con evaluar los procesos de gestión, los trabajos, los proyectos, y es necesario tener equipos en la política, tener índices de desocupación, de pobreza, de formas de generación de empleo. En Argentina hay que articular con los sindicatos, si no, es algo impracticable. Tenemos que sincerar el discurso porque nos venimos mintiendo desde hace décadas y el que llega siempre le echa la culpa al que se fue”, dijo.
“En ese sentido necesitamos converger en un programa de desarrollo, en un solo modelo, y enfocar allí todas las naves. Esto no pasa por estar parado de un lado u otro del mostrador. Cada vez tenemos un oleaje más fuerte y se pone cada vez más feo, porque no se logra encontrar un rumbo definido. La prueba de ello son las tasas, las variables económicas que tenemos en este contexto, y obviamente el que más sufre es el sector privado, que es el que genera la riqueza genuina para que luego el Estado pueda administrar y arbitrar los medios para llevar adelante distintas funciones”, expresó.
Trabajo en equipo
El precandidato se viene preparando desde hace tiempo: “Hace aproximadamente ocho meses comenzamos con reuniones de Zoom con un grupo de 25 personas de distintos ámbitos, algunos afiliados a la UCR y otros no, cada uno desde su lugar, para trabajar en un proyecto político que no abarca una candidatura o un cargo en particular, sino un equipo de gestión, que es lo más importante. Pocas veces se trabaja en un largo plazo y la única manera es armando un equipo de gestión, porque nadie sabe todo”, sostuvo.
Recordó que fue “casi diez años dirigente gremial, me ha tocado hablar del guanaco, de la turba, de la hidroponía, y no era geólogo ni ingeniero agrónomo ni veterinario. Los proyectos tienen un marco técnico y tiene que haber gente idónea. Lo que uno observa en la política de hoy es que por alguna circunstancia se pone cualquier gente en cualquier lugar. Si no volvemos al mérito en la Argentina, es bastante difícil la transmisión de conocimientos, capacidades y tener un proyecto a largo plazo”.
Justamente sobre las críticas a la “meritocracia”, se definió opositor a Alberto Fernández y al kirchnerismo y, respecto del peronismo, dijo que “puedo tener mis diferencias pero me he sentado a hablar en un marco de lógica y responsabilidad. Muchas cosas que escucho del presidente me desilusionaron, no sólo en lo personal sino como empresario. Hay falta de coherencia en muchas cosas que se han transmitido. Polemizan sobre la meritocracia y no nos ponemos de acuerdo en las cuestiones más sencillas y pragmáticas. Yo entiendo la cuestión de la pandemia pero no podemos estar discutiendo si es necesario que los chicos estudien o no. Los jóvenes no están pensando en un futuro sino en el presente. La juventud no es el mañana, es el hoy, y más que nunca hay que darles el lugar y apoyarlos. Esto tiene que ver con el mérito. Si seguimos con los acomodos, los clientelismos, la política del amiguismo, del favoritismo, va a ser difícil pensar en el largo plazo. Tiene que haber carrera en la administración pública, así como hay carrera en el sector privado”, planteó.
Respecto de su preparación profesional, indicó que es “licenciado en relaciones internacionales y estoy por finalizar mi doctorado en Ciencias Políticas, además de ser especialista en finanzas. Mi vocación siempre fue la de construir, en todos los espacios en los que estuve. La UCR es un espacio sumamente orgánico y cualquiera puede participar, pero después hay que acompañar al que más mida. Así se construye y hay que tener la humildad de construir para los demás también, aunque esto no sucede. En la política uno ve que hay gente que ha crecido formidablemente pero son un pino: crecen 20 metros de altura y alrededor no hay absolutamente nada. No han formado a uno solo. La única herramienta para transformar la realidad es la política y hay una clase dirigente que toma decisiones todos los días para transformar nuestra realidad, para que tengamos educación, servicios, seguridad, por una justicia independiente. La clave para la Argentina que viene es la seguridad jurídica y el marco macroeconómico, porque así es difícil generar inversiones”, subrayó.
“Con el equipo estamos trabajando en cuatro o cinco proyectos. El objetivo que debe perseguir un diputado nacional es la prórroga del subrégimen industrial, la recomposición salarial, potenciar a la provincia en cuestiones estructurales que fueron relegadas, como los planes de vivienda, y darle a los jóvenes el lugar que se merecen, porque son el presente. Hay un éxodo impresionante de jóvenes, así como se están yendo familias. Siempre hablamos de la fuga de capitales pero no de los cientos de familias que se han ido de Tierra del Fuego incluso desde antes de la pandemia. Desde el 2012 veníamos visualizando algunas variables que se fueron acentuando paulatinamente, la industria se fue achicando. Las ciudades tienen perfiles de desarrollo distinto, la ciudad de Tolhuin parece relegada, porque parece un apéndice de Ushuaia o Río Grande y hay mucho por hacer. Creo que es momento de converger en algo distinto. Para esto debe haber un trabajo articulado de los tres municipios con la gobernación, y a su vez con los representantes a nivel nacional, para trabajar en un programa de desarrollo”, propició.
Agregó que “no estamos realizando un diagnóstico certero y no habíamos visto estos niveles de indigencia. Hay que ver el trabajo que están haciendo los comedores escolares, que no solamente dan un plato de comida sino que atienden problemas de patologías, de violencia. Nadie iba a imaginar este escenario de Tierra del Fuego hace 15 años”.
Desarrollo de recursos naturales
Consultado sobre el proyecto de petroquímica, lo consideró viable. “La provincia en su momento tuvo proyectos de refinería y tranquilamente podría refinar su combustible y pensar en un modelo exportador. Para esto hay que converger en un programa de desarrollo y no seguir con las mezquindades políticas. Todos tenemos que empezar a ceder un poco en este panorama. Hay que tener un banco que apoye proyectos que sean rentables pero además con una visión de desarrollo. Obviamente hay que apostar a un proyecto de refinería. Tenemos un banco provincial que está muy bien, está fortalecido, capitalizado, y tiene que estar al servicio de la producción. Siempre va a ser necesaria una ayuda a los sectores vulnerables pero no se puede pensar del punto de vista financiero en estructurar la ayuda desde ese lugar, porque el objetivo tiene que ser productivo”, priorizó.
Avance sobre la justicia
Se le preguntó si a nivel nacional ve un avance sobre la justicia y se mostró más preocupado por la imagen que se le da al mundo, que va a seguir complicando la llegada de inversiones. “Es un juego de poder el que vemos a nivel nacional. Hablando en criollo, no se puede creer que haya tanta gente con tantos procesamientos que no esté en cana. Mientras estamos viendo si encarcelamos a Fulano o Fulana, en el resto del mundo destituyeron un presidente, como ocurrió en España, en Brasil hicieron lo mismo, en Perú metieron uno en cana por un departamento, y el mundo mira cómo funciona la justicia en la Argentina. No hay un marco jurídico claro y así no va a venir ningún capital. Me pregunto si hay propiedad privada o no en la Argentina, y hay que ser pragmático, defender la producción y tener un marco legal para movernos todos”, enfatizó.
“Las leyes laborales no son convenientes ni para los trabajadores ni para el empresario. Lo único que hacen es fomentar la media jornada, el trabajo en negro, la ilegalidad. Es imposible reactivar el sector privado de esta manera y no se escucha a ningún político hablar de esto. Con los dedos contados están los sindicalistas que salen a hablar. Evidentemente están en una situación de confort y prefieren no decir nada, esperando que se acomode la Argentina”, barajó.
Definió al país como “un paciente en terapia intensiva al que nos pasamos pateándole la cama, le desconectamos el oxígeno, le sacamos la manguera, y no sabemos cómo sobrevive. Evidentemente es un país rico, tenemos gente capaz, universidades de primer nivel, recursos por donde se mire, una cultura impresionante, y creo que son las únicas variables que hacen que la Argentina hoy no esté sumida en una guerra civil, porque si analizamos todas las variables, es para que haya una rebelión”, consideró.
“Yo entiendo la política como un proceso de construcción, pero es un juego de poder y acá están viendo quién se lleva la porción más grande todo el tiempo y no hay un proyecto en común. La política de Estado es a largo plazo, y no podemos seguir con las discusiones de peronistas, radicales. Tenemos que converger en un programa de desarrollo de una vez por todas. Ningún extremo es bueno y hace muchos años tenemos una relación pendular”, lamentó.
Vacunación lenta
También se le pidió opinión sobre la campaña de vacunación: “La respuesta es difícil porque hay que separar una gestión de los recursos que tiene. Argentina hace muchos años viene en un proceso de empobrecimiento y al sector privado le cuesta mucho poder afrontar sus obligaciones. Tenemos que reconocer que, a pesar de que es un país rico, en la realidad nos hemos empobrecido. Ya quemamos un montón de cartuchos y nos queda poco poder de fuego. Estar en el lugar de Alberto Fernández en estos momentos no es fácil, y esto no justifica muchas de las medidas que hubo, con una cuarentena excesiva y la discrecionalidad que le dieron a las provincias para que manejen la pandemia. No quiero hacer leña del árbol caído pero con el nivel de vacunación que tiene la Argentina estamos en un problema gravísimo. A este ritmo tenemos veinte años por delante para terminar con la vacunación y ahora se está hablando de un nuevo rebrote”, alertó.
De plano descartó una vuelta a Fase 1: “Nosotros ya no soportamos como seres humanos una cuarentena como la del año pasado. El impacto personal es tremendo y desde lo económico sería catastrófico, porque la situación es pésima. Hay un hartazgo generalizado, y uno se va relajando con los cuidados. Ya hay otra cepa que ya ingresó a la provincia, porque hablan de la cepa de Manaos. Desde la gestión de salud pública va a haber que comenzar rápidamente a ordenar esto para no lamentar complicaciones graves. No digo volver a la Fase 1 pero hay que tomar esto con seriedad, porque vemos cómo está el resto del mundo, siendo países que han tenido un nivel de vacunación superior al nuestro”, comparó.
“El primer error el año pasado fue subestimar los datos, viendo lo que sucedía en el mundo. Hubo un falso dilema entre salud y economía. Los falsos dilemas no nos llevan a ningún lado y hay que cuidar las dos cosas, porque si no, el que no se muere por COVID se va a morir de hambre”, sentenció.
“Me parece que el gobernador y los ministerios deberían estar reperfilando la situación, por ejemplo por el estado en que se encuentran las escuelas. Hay establecimientos con problemas de gas, con cañerías reventadas, pisos levantados. Se cerraron durante la pandemia y no se planificaron los trabajos para ponerlas en condiciones. No sé si la provincia pensó que las clases no iban a comenzar, pero lo cierto es que hay una falta de mantenimiento. Una parte del dinero con el que cuenta la provincia va a tener que ser volcado a obras de Educación, porque la Educación y la Salud son importantísimas. Tenemos que diferenciar lo urgente de lo importante y no podemos darnos lugar a banalidades. Debe haber un orden de prioridades, porque hay que administrar los recursos. Si no, le damos carne a los leones del zoológico y nos quedamos sin la copa de leche en los comedores escolares. La Argentina no tiene plata para todo y tenemos que reclamar austeridad a la clase dirigente. Hay que parar un poco con anuncios muy pomposos”, pidió, ante la agenda política que hoy está pasando por otras prioridades, como la reforma constitucional.
Pluricandidatos
Lo cierto es que Gliubich estaría compitiendo con al menos cinco precandidatos de la UCR más alguno que pueda sumarse del PRO, y posiblemente Fermín Randón, ante rumores que lo vinculan al MID: “Uno en lo personal quisiera ir solo y que todo el mundo se alinee atrás, pero la realidad es que estamos en un espacio que nos representa y es orgánico. Cualquiera se puede presentar pero es importante después acompañar. Lamentablemente el que no gana no acompaña y trabaja en la vereda de enfrente. No es por dar nombres pero es lo que sucede”, dijo.
“El MID está conformado en la provincia pero desconozco si Fermín Randón va a ser candidato. Hasta donde sé está afiliado a la UCR. Yo sigo trabajando con el espacio político y siempre mantuve relación con referentes nacionales, intercambiamos información y uno trata de colaborar desde donde está en cuestiones que hacen al sector privado”, manifestó.
Aerolíneas, un monopolio
Por otra parte fue crítico de la situación de la línea de bandera. “Nosotros necesitamos un flujo de conectividad garantizado por la condición insular que tenemos, además hay derivaciones por cuestiones sanitarias, cuestiones educativas, y se tiene que garantizar un cupo de pasajes aéreos. Aerolíneas Argentinas no puede ser la única y los monopolios no son buenos en ningún lugar y tenemos que abrir el juego. Hay empresas que se han ido porque se cambian las reglas de juego y no se piensa en una política a largo plazo. Son temas concretos en los que hay que dar batalla en la Cámara de Diputados y de Senadores para poder lograr viabilidad para la provincia”, expuso.
“Tenemos que utilizar la ley de promoción para generar otro proceso de desarrollo, porque tenemos recursos en potencia que no hemos desarrollado. Si no nos ponemos a trabajar en un proyecto a largo plazo, la gente se va a seguir yendo”.
Consultado sobre quién será su compañera de fórmula, todavía no está definido: “En nuestro espacio más de la mitad de nuestro equipo son mujeres, pero no tenemos nombres. Si el día de mañana hay un candidato que tenga mejores condiciones que yo, lo voy a apoyar, como lo hice en 2019. Lo que no voy a hacer es apoyar un esquema personal o una solución particular que no tenga contenido a largo plazo. Nuestro norte es un espacio abierto y estamos apostando mucho a la juventud. La política es un proceso de construcción y se verá el día de mañana cuál será el partido con el que vamos a llegar a la Cámara de Diputados y podré dar inicio a mi carrera política”, concluyó.
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