En su primer discurso como presidente de la Nación, Alberto Fernández precisó los lineamientos económicos que marcarán su gestión y detalló algunas de las medidas económicas que se pondrán en marcha en los próximos días, entre las que se incluyeron créditos masivos a tasas bajas, convocatoria a un acuerdo social y promoción de la obra pública.
Aquí las principales medidas que fueron anunciadas:
— Se implementará un sistema masivo de créditos, no bancarios, a tasas bajas. El Presidente destacó que las familias están “asfixiadas” por los “altos niveles de endeudamiento” porque tomaron créditos “para comprar alimentos, remedios o pagar facturas de servicios”.
— Se convocará a un “Acuerdo Básico de Solidaridad en la Emergencia”, del que participarán empresarios, gremios y el sector del campo, entre otros. En ese marco, se plantearan una serie de medidas para restablecer los equilibrios macro-económicos, sociales y productivos. El plan incluirá variables como precios, salarios, tarifas, tipo de cambio y aspectos monetarios, fiscales y sociales, que serán explicitadas en los próximos días.
— Se va a desplegar un Plan de Reactivación de Obras Públicas, en todo el país, con proyectos de ejecución rápida y con gran empleo de mano de obra local, destinados a mejorar la seguridad vial y la accesibilidad, el ordenamiento urbano y territorial, la construcción y el mantenimiento de edificios públicos y la infraestructura hidráulica, entre otros. Pero Fernández advirtió que habrá un compromiso para garantizar la “transparencia”: los ciudadanos podrán acceder a la información sobre el proyecto, los costos, el proceso de selección de las empresas y monitorear los avances.
Comunicación Senado
— Se implementará un “ambicioso” plan de regularización del hábitat y construcción de viviendas, a través del flamante Ministerio de Vivienda y Hábitat, que conducirá María Eugenia Bielsa.
— Convocará a un Consejo Económico y Social para el desarrollo, que tendrá rango parlamentario y que diseñará políticas de Estado.
— Se trasladará parte de la actividad del Estado a las provincias. Se realizará a través de la relocalización de los organismos del Estado federal en ciudades del interior del país y la creación de “capitales alternativas”. Fernández también adelantó que el plan macroeconómico no estará aislado de un “proyecto nacional de desarrollo” y que se trabajará sobre la transformación de la estructura productiva.
— La economía que viene, adelantó, tendrá en cuenta al “cooperativismo y la agricultura familiar”.
— La Cancillería estará a cargo de la promoción de exportaciones para generar mayor nivel de empleo. Se “robustecerá” el Mercosur y particularmente la relación con Brasil, donde habrá una agenda “ambiciosa e innovadora” más allá de las diferencias ideológicas entre los mandatarios de ambos países.
—Se pondrán en marcha acciones que faciliten que los titulares del Salario Social Complementario —una prestación que reciben alrededor de 270.000 personas— puedan insertarse en el mundo laboral y cobrar por su trabajo. También prometió garantizar el derecho al primer empleo, a través de becas solventadas por el Estado para que jóvenes se capaciten y trabajen en empresas, pymes, organizaciones sociales y de la economía popular y la agricultura familiar.
Además, el nuevo presidente se refirió al pago de la deuda externa. “No hay pagos de deuda que se puedan sostener si el país no crece. Para poder pagar hay que crecer primero”, señaló. “El país tiene voluntad de pago pero carece de capacidad para hacerlo”.
Poner a la Argentina de pie
“Vamos a poner a la Argentina de pie para que comience a caminar rumbo al desarrollo con justicia social. Tenemos que recuperar los equilibrios económicos y productivos”, destacó el mandatario al comienzo de su discurso inaugural.
Habló también de superar “grandes muros”, como el del rencor y el del hambre. “También el del despilfarro de las energías productivas”. “Nadie sobra en esta Nación”, aseguró.
También hizo foco en la solidaridad en la emergencia y mencionó a “familias ahogadas” y compatriotas que tomaron créditos para comer y comprar alimentos. “Lo mismo que la situación dramática de las pymes”, expresó.
El nuevo presidente tomó varios minutos para describir el “exacto escenario en el que hoy estamos” y detalló las cifras que dejó el Gobierno saliente:
— La inflación actualmente es la más alta de los últimos 28 años. Desde 1991, la Argentina no tenía una inflación superior al 50%.
— La tasa de desocupación es la más alta desde 2006.
— El valor del dólar pasó de $9 a $63 en solo cuatro años.
— El PBI de 2019 es el más bajo de la última década.
— La pobreza actual está en los valores más altos desde 2008.
— El PBI per cápita es el más bajo desde 2009.
— La deuda externa en relación al PBI está en su peor momento desde 2004.
— La indigencia está en los valores más altos desde 2008.
— El nivel de producción industrial es equivalente al del año 2006: un retroceso de 13 años.
— El empleo industrial registrado tiene el nivel de 2009.
— Se cerraron 20.000 empresas en cuatro años. De ellas, 4.229 eran empresas industriales.
— El PBI industrial cayó un 12,9%, si se compara el primer semestre de 2019 contra el mismo período de 2015.
— En los últimos cuatro años se perdieron en la industria más de 141.000 empleos registrados del sector privado.
— En términos interanuales, el empleo industrial registrado lleva 42 meses consecutivos de destrucción.
“Detrás de estos terroríficos números hay seres humanos con expectativas diezmadas. La economía y el tejido social están en estado de extrema fragilidad como producto de la aventura que propició la fuga de capitales que destruyó a industrias y abrumó a las familias. En lugar de generar dinamismo, pasamos del estancamiento a la caída libre”, dijo.
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