“En cada una de las fábricas se van a implementar los requisitos que están en el protocolo y la pelota está del lado del Gobierno de la provincia, que entiendo que en diálogo con el gobierno de la nación tiene que elevar la propuesta y esperar el visto bueno para implementarlo. La actividad se va a poder reanudar cuando se cumplan estos pasos que tiene que dar el gobierno provincial”, sostuvo.
Consultado acerca del regreso gradual, cómo resuelven el transporte y la distancia social en las plantas, dijo que “el nivel de actividad que vaya a existir va a ser consecuencia directa de las restricciones del protocolo. Si dice que no pueden participar de la fabricación mayores de 60 años, personas embarazadas o de grupos de riesgo, toda esa gente no va a poder participar y eso va a significar una reducción de personas en las líneas de producción”.
“Después, si debe haber separación entre puesto y puesto en la línea de producción, eso también va a tener un correlato. No podemos decir a priori en qué porcentaje vamos a volver a producir y eso va a ser una consecuencia de la implementación de las medidas”, indicó.
En cuanto a la falta de demanda en el continente, aun retomando la actividad, en función de la falta de poder adquisitivo por la reducción de ingresos en muchas familias, mostró cierta expectativa directamente vinculada con el aislamiento social, que ha llevado a un incremento en las ventas online de televisores y celulares. “Por un lado nos ocupa cómo se vuelve a producir, pero claramente más adelante tendremos que ver a quién le vamos a vender. Todos en el mundo vamos a ser más pobres y vamos a tener que recalcular nuestro consumo. Los productos que no sean esenciales evidentemente se ven perjudicados y ya no teníamos un volumen de venta fenomenal, sino todo lo contrario, porque estábamos en niveles piso. Sin embargo, aunque nuestro mercado en general no tiene mucho comercio electrónico, hace un par de semanas se abrió la posibilidad de venta a domicilio de algunos productos nuestros. Se trabajó con el stock existente y muy posiblemente en las próximas semanas haya desabastecimiento de algunos modelos de televisores y celulares, así que se empieza a desmitificar esto de a quién le vendemos. Si estamos en una situación de eliminación completa del stock, algo se va a mover”, confió.
La expectativa, frente a una reactivación limitada y una producción que será más baja que en 2019, cuando ya había un derrumbe importante, es “sostener al personal empleado en la actualidad y esperar un 2021 un poco más auspicioso”.
Finalmente Hellemeyer advirtió que para poder reactivar la electrónica, “necesitamos que toda la cadena se reactive, porque necesitamos que se fabrique, que se transporte sin ningún problema, que llegue a los centros de distribución y de allí llegue a toda la red comercial, a los supermercados, bolseros, negocios del interior, operadores telefónicos, y ninguna de estas cosas está funcionando con normalidad. Mucho menos en Buenos Aires donde la exposición al contagio es mayor y va a tardar más tiempo en salir del aislamiento”.
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