En representación del sector, Natalia Turco, que forma parte del equipo del Jardín Maternal Huellitas, consideró que “estamos muy contentas porque nos pudieron incluir dentro de lo que es la ley de emergencia” y dijo que “para nosotros es muy importante porque somos la primera provincia con una medida de estas características. Es un ejemplo como provincia que los jardines maternales vayan a recibir un subsidio, porque en el resto del país los jardines están cerrando”.
“Si bien todavía no tenemos acreditada la plata, la ministra Castiglione siempre está en contacto con nosotros y estamos trabajando en conjunto”, agregó.
Con relación a la situación, dijo que “en Río Grande somos cinco jardines, uno de los cuales cerró. En Ushuaia son 16 jardines maternales privados. No somos educación, somos comercio, si nosotras no brindamos el servicio, las cuotas no se pueden cobrar”.
Además, se refirió a la posibilidad de reactivar el servicio y explicó que “hasta que la actividad no se habilite a nivel nacional no se puede volver. Nosotras estuvimos viendo un protocolo que quedó inconcluso, pero hay protocolos viables. Tienen que ser grupos reducidos por salas y se debe tener en cuenta mucho el tema de la limpieza”.
En cuanto al rol social de estos espacios, Turco manifestó que “nos dicen que las familias tienen que crear redes de contención, pero la realidad es que a veces eso no sucede”.
“Sabemos que cuando volvamos a abrir los papás nos van a volver a elegir, porque hay muchas familias que les gusta la contención de la guardería por una cuestión social”, concluyó.
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