En la edición de este sábado, el reconocido diario La Prensa Austral de la ciudad chilena de Punta Arenas se hizo eco de la búsqueda de Dagoberto Díaz Águila, el hombre de 51 años sobre el cual recaen dos causas. Desde hace algunas semanas su rostro puede visualizarse en las Alertas Rojas de la Interpol.
El informe de La Prensa Austral:
El fin de semana recién pasado la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) inició la búsqueda del sospechoso por el caso de la pequeña argentina Sofía Herrera, desaparecida en un camping de Río Grande, Argentina, en 2008.
José Dagoberto Díaz Aguila, de 51 años, chileno y con posible residencia en Punta Arenas, aparece sindicado como el desconocido que fue visto junto a la niña aquel 28 de septiembre, día tras el cual nunca más se supo de la pequeña. Desde ese entonces, el trabajo investigativo no ha parado, incluso con apoyo en su momento del FBI y de la PDI de Magallanes.
Pistas falsas, supuestos sospechosos, masivas marchas y padres que han recorrido Argentina y Chile en busca de una evidencia, han sido parte de la incesante búsqueda durante todo estos años.
Sin embargo, hay un testigo clave. Se trata del pequeño de 6 años que estaba junto a Sofía el día de su desaparición y que hoy siendo un joven (18), mantiene su versión de que un hombre se llevó a su amiga. Los antecedentes aportados en aquella ocasión y ahora coinciden con Díaz Aguila.
El viernes pasado, el juez de Instrucción Nº1 de Río Grande, doctor Daniel Cesari Hernández, brindó a la prensa las imágenes oficiales que se encuentran registradas ante Interpol para la búsqueda del sospechoso, oriundo de Chiloé. Las imágenes incluyen variantes, de cabello y bigotes, como así también de envejecimiento en base a la fotografía original que se estima data de unos cinco años a la fecha.
Pero ¿quién es este José Dagoberto Díaz? Se trata de un esporádico trabajador de campo que suele desplazarse entre estancias tanto de Tierra del Fuego (Argentina) como de la Región de Magallanes. Tiene 51 años, está domiciliado en Río Grande y cuenta con DNI argentino.
Su relación con la policía no es nueva. Hace cuatro años fue internado en un psiquiátrico luego que se subiera a una antena radial en protesta por la falta de trabajo. Posteriormente, fue llevado a la justicia como presunto agresor con arma blanca de otro hombre al interior de una pensión. Sin embargo, desde ese momento se le perdió la pista.
“No sabemos dónde puede estar, por eso solicitamos la captura internacional, que se suma a otra que ya está vigente (por el hecho de sangre de 2016)”, señaló el juez Cesari Hernández al ser consultado sobre la posibilidad de que se encuentre en Punta Arenas.
Pero no sólo la versión de entonces del niño de 6 años es la única que apunta a Díaz como sospechoso de la desaparición de Sofía. Un policía asegura haber escuchado de la propia voz del sujeto un: “Yo sé dónde está”. De acuerdo con este antecedente, habría agregado: “Un amigo mío la encontró llorando en una trampa para zorros. Le pegó y la mató”.
Cuando dicha versión fue indagada, se comprobó que la persona sindicada por Díaz existía, pero que al momento de los hechos no se encontraba en Tierra del Fuego.
Luego el antecedente no se volvió a considerar dentro de la investigación. El actual juez consideró lo contrario, llamando al funcionario policial para que ratifique sus dichos. Y así fue.
Por su parte, del en aquel tiempo niño de ahora 18 años también señaló: “Me acuerdo que habíamos ido a un día de camping con la familia y que pasó lo que pasó. En un momento salimos a buscar leña y Sofía se había apartado, yo fui con ella y pasaron todas las cosas”, comentó.
Agrega: “Yo la seguí y pasó lo del señor, no sé si decirle señor, pasó tal cosa y yo fui a avisar. Fui desalentado. Era muy chiquito, tenía menos conciencia que ahora. Vi algo complicado”.
En su primera declaración el menor habló de un vehículo color gris con un perro al interior, donde “Sofía fue embarcada por un hombre feo y donde la esperaba otra persona”.
Hoy la hipótesis de los investigadores es que la pequeña Sofía pudo haber sido asesinada por Díaz Aguila para encubrir el delito de secuestro. Por tal razón que la imputación apunta al homicidio criminis causa (para ocultar otro delito).
El día de la desaparición
El día de la desaparición, la pequeña Sofía había salido junto a sus padres para pasar el domingo en un camping ubicado 59 kilómetros al sur de Río Grande.
Antes de llegar a destino se detuvieron en un supermercado para comprar comida y luego en una estación de servicios donde se encontraron con Noemí Elizabeth “Paloma” Ramírez y Silvio Giménez, quienes a su vez estaban con sus hijos de 2 y 9 años. También iba el hermano de “Paloma”, Néstor, de 6 años.
Tras acordar seguir juntos, el grupo arribó a destino alrededor de las 11,30 horas. El paraje era un rectángulo de 15 hectáreas cercado con un alambre de un metro de altura y seis hilos, el primero de púas.
En un momento sus padres advirtieron de la ausencia de Sofía. “¿Sofi está con vos?”, le preguntó Fabián a su esposa. “No, salió atrás tuyo, Fabi”, le contestó ella.
Lo que vino después fue la desesperación y una búsqueda que resultó estéril. Luego, el llamado a la policía, el rastreo y el control en la frontera con Magallanes, a sólo una hora y media del lugar.
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