Cristian Lagger de Fundación “Por el Mar” y Rod Sanchez de “Capital Azul” exploraron los rincones más inhóspitos del mar patagónico y se sumergieron juntos en el Beagle, para mostrarle al mundo el secreto escondido bajo sus aguas.
El Canal Beagle es, sin dudas, un punto de encuentro: allí donde se unen el océano Atlántico y el océano Pacífico, se unen también nuestros países: Chile y Argentina. Y en ese estrecho paso marítimo en el que se encuentran, se esconde un ecosistema fundamental para la vida del planeta.
No es casual, entonces, que dos buzos dedicados a la conservación del mar patagónico, eligieran el Canal para volver a cruzar sus caminos luego de años de su primer encuentro. Cristian Lagger, biólogo marino del CONICET, buzo científico y explorador de National Geographic, es además director científico de “Por el Mar”, en tanto Rod-por su parte-, es un reconocido buzo chileno, y director de “Capital Azul”. Ambos han explorado los mares más inhóspitos a cada lado de la cordillera y los une “la pasión por la exploración y la conservación marina”, según relata Lagger.
Lagger y Sánchez se conocieron en 2020, en un taller de Fotografía Submarina y conectaron inmediatamente. Rod había armado, en Chile, el taller dictado por su amigo Francis Pérez “fotógrafo submarino multipremiado internacionalmente, miembro de Sea Legacy y colaborador de National Geographic”. Aquel encuentro fortuito entre Cristian y Rodrigo (mejor conocido como “Rod”), forma parte de lo que este último llama “su vida anterior”. “Fui instructor de buceo por más de diez años y, de a poco, me fui metiendo en expediciones ligadas a la ciencia y a la conservación en los fiordos de Chile. Así, descubrí un mundo que desconocía y empecé a sentir el deber de mostrarlo, de contar lo que sucede abajo, lo lindo que es, y lo importante de protegerlo” cuenta Rod. Fue a partir de esta necesidad que articuló el curso de fotografía en el que conoció a Lagger.
“Con Cristian hicimos muy buena conexión cuando nos conocimos, y nos quedaron ganas de hacer cosas en conjunto: él veía que yo estaba metido en los fiordos chilenos, explorando islas sin nombre y buceando en lugares muy inhóspitos y él estaba haciendo su parte del otro lado de la Cordillera”.
Lagger y Sanchez son referentes de cada una de sus organizaciones, y tienen la misión compartida de conservar los ecosistemas marinos. “Por el Mar” (PEM) es una fundación de conservación marina basada en Argentina, que se dedica a crear estrategias de conservación basadas en la ciencia y el trabajo con las comunidades locales. En tanto que Capital Azul es una fundación que se dedica a crear áreas “no take” (libres de pesca) de la mano de las comunidades pesqueras que apoyan el manejo sostenible de los recursos en Chile.
Pero para ambas organizaciones, y sus referentes, el mar no sabe de fronteras. Es por eso que el equipo de territorio de PEM que trabaja en Tierra del Fuego, integrado por Ángeles de la Peña, David López Katz y Sofía Ambrosino, se embarcó junto a Cristian Lagger y Rodrigo Sánchez en un viaje que conectó a Chile y Argentina mucho más allá del mapa.
Esta conexión se hizo tangible a través de encuentros que dieron inicio a relaciones clave con referentes locales que deciden mirar la conservación marina desde una perspectiva regional. Los encuentros que el equipo de PEM mantuvo con referentes locales de la comunidad de Puerto Williams son experiencias fundamentales para ampliar la mirada sobre conservación marina que existe en la región, de cara a pensar la conservación de ecosistemas marinos de manera binacional a fin de crear estrategias de conservación más efectivas.
Y este fue el impulso para que ambos buzos volvieran a encontrarse navegando el Beagle. “Nuestra visita como Por el Mar a Puerto Williams era la oportunidad ideal para empezar a tejer aún más nuestras relaciones personales, pero también institucionales” cuenta Lagger refiriéndose al rol de Rodrigo como director ejecutivo de la Fundación Capital Azul.
Sánchez asegura haberse sentido honrado al recibir el llamado de PEM para colaborar y no tuvo dudas de participar al enterarse de la presencia de Cristian en el proyecto: “Creo que entre Chile y Argentina tenemos desafíos comunes. Ushuaia y Puerto Williams, por ejemplo, comparten el Canal Beagle, es su territorio y tienen objetivos similares de conservación. El hecho de que haya organizaciones de los dos países que quieran colaborar, creo que eso es lo más importante aquí”.
En este contexto, Cristian Lagger y Rod Sanchez se sumergieron juntos para llevar a la práctica los aprendizajes que se llevaron de aquel curso en el 2020, ahora ya con más experiencia que hace 3 años. Así pudieron documentar algunas de las maravillas que se esconden bajo las aguas del canal.
Buceando entre algas gigantes
Estas maravillas no son ni más ni menos que los bosques de macroalgas. Un ecosistema fundamental para la preservación de la biodiversidad marina, que se encuentra sumamente amenazado a nivel mundial debido a la acción humana. Hoy uno de los principales refugios de este ecosistema que desaparece más rápido que los arrecifes de coral y los bosques terrestres, es precisamente la patagonia. “Más de un tercio de todos los bosques de algas que quedan en el mundo se encuentran justamente en Argentina y Chile.” cuenta Lagger.
La magnitud de los bosques y su belleza -sumadas al enorme valor ecosistémico- cautivaron a los buzos. “La enorme diversidad de fauna asociada que poseen estos ecosistemas, es una explosión de vida marina. Personalmente, en este sitio me marcó mucho poder ver centollas entre los bosques, un motivo más que válido para seguir luchando por la conservación de estos ambientes submarinos”.
Esa misma fascinación capturó también a Rod: “Me encontré con superficies gigantes de bosques de algas, mucho más vastos de lo que imaginaba. La biodiversidad es enorme, en las Macrocystis (una de las especies de algas gigantes que habitan esta región) habitan distintas especies de bichos, camarones, cangrejos, de pronto pasa nadando el kril, las munidas (pequeño cangrejo conocido como langostino de los canales) que son alimento de las ballenas metidas en medio de las frondas, las centollas, los caracoles enormes… El tamaño de las frondas me llamó mucho la atención; las hojas de estas algas son verdaderas sábanas”.
Los buzos se sumergieron a ambos lados del Canal, buscando y descubriendo esas similitudes y diferencias y generando contenido audiovisual que permita mostrarle al mundo la importancia de proteger este ecosistema. “Estos bosques sumergidos que hay en la Patagonia -tanto chilena como argentina- son de los más vastos que hay en el planeta y son, además, grandes captadores de carbono, por eso su importancia. Mantienen a raya los gases de efecto invernadero. Por eso, se abre la necesidad común de conservarlos” cuenta Rod “La superficie de algas que se suma entre Chile y Argentina es tan significativa, que uno se da cuenta de que puede mover la aguja lo que se haga aquí”, reflexiona Sánchez. “¿Y qué mejor que unirnos? Eso es lo que siempre planteamos con Cristian: poder conservar estos bosques de algas para las futuras generaciones, mediante acciones conjuntas, independientemente de nuestras fronteras”.
Rod mantiene la voluntad de seguir caminando -y buceando- junto al equipo humano que forma PEM del cual, asegura, se siente parte: “Ya les dije que contaran conmigo para todo lo que pueda colaborar con todo lo que quieran. Esta fue la primera vez que fui de invitado a una expedición: me sentí muy bien acogido, con un equipo de lujo”. La pelota está en movimiento y el partido por la conservación -en el cual Chile y Argentina son aliados- recién comienza.
FUENTE: EL ROMPEHIELOS
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