El estrecho de Magallanes, una de las rutas marítimas más importantes del mundo, continúa siendo utilizado como paso estratégico por flotas internacionales, especialmente por pesqueros asiáticos. Desde 2020, más de 1.500 embarcaciones han ingresado o salido por la Boca Oriental, en el límite entre Punta Dungeness y el cabo del Espíritu Santo, según datos de la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante (Directemar).

Control y monitoreo constante

China, con su creciente necesidad de alimentar a más de mil millones de habitantes, despliega flotas pesqueras en busca de especies migratorias como el calamar, aprovechando la profundidad y amplitud del estrecho para movilizarse entre los océanos Pacífico y Atlántico. Este tránsito plantea un desafío para las autoridades marítimas chilenas, responsables de monitorear y fiscalizar a las embarcaciones para garantizar que no infrinjan las leyes dentro de aguas jurisdiccionales.

El almirante en retiro Edmundo González, excomandante en jefe de la Armada, explicó que el carácter nacional del estrecho, abierto a la navegación internacional, complica la supervisión: "Cada buque necesita prácticos para cruzar. Cuando transitan flotas de más de 100 embarcaciones, es una tarea titánica". Además, mencionó las dificultades idiomáticas, ya que muchas tripulaciones solo hablan mandarín, lo que obligó a utilizar traductores locales en operaciones anteriores.

Potencial logístico y portuario

Pese a los desafíos, González ve una oportunidad económica en el constante paso de estas flotas. Según el almirante, Punta Arenas podría convertirse en un puerto logístico clave si se desarrollara infraestructura adecuada, como un puerto de aguas abrigadas. Actualmente, los puertos existentes, Prat y Santos Mardones, presentan limitaciones frente a temporales comunes en la región, dificultando su uso eficiente.

"Si logramos que incluso el 10% de estas flotas utilice Punta Arenas para abastecimiento, reparaciones o servicios, sería un mercado cautivo con gran impacto económico", señaló González, quien también preside la Liga Marítima de Chile.

Contexto geopolítico y recursos marítimos

El interés de China en estas aguas no solo responde a la búsqueda de recursos alimenticios, sino también a su estrategia global de explotación de recursos marítimos. Equipados con buques logísticos y maestranzas flotantes, estas flotas pueden operar de manera autónoma por largos períodos. "Es crucial mantener un control riguroso para proteger nuestros recursos y cumplir con las normas internacionales", destacó González.

Proyecciones para el desarrollo regional

Para González, el estrecho de Magallanes no solo es un punto de tránsito, sino una ventana de oportunidades para potenciar la economía de la región austral. "Con un puerto bien desarrollado, Punta Arenas podría ser el principal centro logístico de la Patagonia chilena, atendiendo tanto a flotas internacionales como a cruceros y expediciones científicas hacia la Antártica".

El desafío ahora radica en equilibrar la protección de los recursos marítimos, el control de embarcaciones extranjeras y el desarrollo de infraestructura que posicione a Chile como un actor clave en el comercio marítimo internacional.