Federico Juncos, representante de la empresa Río Grande Viajes, dialogó con Radio Universidad 93.5 sobre la situación del sector, que sigue esperando definiciones tanto del gobierno nacional como provincial para poder trabajar.
“Como empresa hemos sufrido porque estamos desde marzo con los vuelos suspendidos y las fronteras del país cerradas. Es bastante complicado y obviamente estamos esperando que resurja el turismo. En otros países o regiones se ha abierto, hay vuelos internos dentro de cada país y somos uno de los pocos que todavía no hemos retomado. Para nosotros cayó el 100% de los ingresos porque no tenemos qué vender”, manifestó.
Respecto dela venta de pasajes de Aerolíneas, que se siguen realizando, explicó que “está vendiendo como lo podríamos hacer nosotros, el tema es la responsabilidad de cada uno como empresa de vender y poder cumplir con lo que está vendiendo. Hubo gente que compró vuelos para septiembre, para octubre, para julio, para mayo, y no pudo viajar. No es culpa de Aerolíneas tampoco sino de una decisión gubernamental de no hacer vuelos de cabotaje”.
La vuelta de LADE tampoco resuelve el problema de fondo, porque “más que vuelos turísticos, los de LADE son vuelos de fomento e interregiones, que no tocan otras compañías troncales como Aerolíneas. LADE siempre ha tenido un componente de fomento en los vuelos, no son tanto comerciales y por ahora son los únicos que conectan la Patagonia. Es importante para la región, pero a nivel nacional para el norte o para Buenos Aires, LADE no tiene ninguna injerencia. Está complicada por la cantidad de vuelos y la operatoria”, dijo.
Sin cuarentena, pero prohibidos
El empresario recordó que este mes “hay tres vuelos programados para octubre, el 15, 22 y 29. Son todos a Ushuaia y la única otra localidad que tiene vuelos confirmados especiales es Resistencia, que por un problema limítrofe y por exigencias sanitarias está pidiendo vuelos al menos una vez cada 15 días. Son vuelos de repatriación o sanitario, no son regulares. Yo no puedo vender algo que no sé si mañana se va a cumplir y eso pasa por una responsabilidad comercial”, dijo de las promesas de reapertura que se siguen postergando.
“Esta es una decisión gubernamental y habría que preguntarle al presidente, al Ministro de Salud de la Nación, al Ministro de Transporte, que no hacen las cosas para resolver esto. La Ministra de Salud de la provincia ya dijo que a partir del 15 nadie va a hacer cuarentena porque tenemos circulación comunitaria. Entonces yo le pregunto a la ministra por qué no abren todo, los vuelos, el turismo, si total vamos a traer gente de Buenos Aires y de Córdoba y nadie va a hacer cuarentena”, observó.
“El decreto presidencial decía que los vuelos volvían el 1° de septiembre. Luego extendieron la cuarentena y dijeron el 1° de octubre, después dijeron el 12 de octubre, ahora lo van a extender a noviembre pero no sabemos si en noviembre tendremos vuelos porque, si Aerolíneas ya programó tres vuelos para la segunda quincena de octubre quiere decir que no va a hacer los vuelos regulares”, advirtió.
Respecto de los protocolos para vuelos comerciales, indicó que “los protocolos los tienen que definir ellos como compañía aérea. Hay un protocolo a nivel mundial, de parte de la institución que nuclea a todas las líneas aéreas del mundo. Distintos países ya tienen protocolos para las distintas líneas aéreas y hay un montón volando alrededor del mundo. Nosotros somos el último país que vamos a empezar a levantar vuelo, empezando por los internos. Ni hablar de los internacionales”.
“Hay uno o dos vuelos por semana a Madrid y a Miami, y supuestamente después en noviembre Aerolíneas tiene una operatoria internacional a San Pablo, Santa Cruz de la Sierra en Bolivia, Bogotá en Colombia y Santiago de Chile. Después no hay ningún otro vuelo”, expresó.
Sumado a la falta de demanda, a nivel local tienen prohibido abrir las puertas. “Nosotros estamos atendiendo en forma virtual, porque como no somos comercio minorista el decreto nos exige no tener la oficina abierta. Atendemos a través del celular 296440284 y por mail a [email protected]”, informó.
Consultado sobre las razones de la falta de autorización, señaló que “hoy podemos decir que cada provincia y cada jurisdicción hace lo que quiere. No hay protocolos sanitarios claros, porque cada provincia pide lo que quiere, como quiere y en el tiempo que quiere. Por ejemplo, si alguien quiere ir a Santa Fe, yo puedo decir lo que le exigen para salir de Tierra del Fuego pero no manejo los protocolos sanitarios de entrada a Santa Fe. Hay que llamar al COE de Santa Fe, mandar un mail, todo es muy engorroso. Lo mismo con todas las provincias”, aseveró.
Sólo paliativos
Mientras tanto, sobreviven con la ayuda del Estado: “Más allá de tener reuniones para ver cómo se sale de esto y proyectar hacia adelante, nuestro problema es sobrevivir hasta que esto se reanude. Más allá de algunos beneficios nacionales como el ATP y algún otro crédito blando, hemos accedido a un subsidio del programa PROGRESO del Ministerio de la Producción, que obviamente nos ha ayudado. Hemos tenido que hacer frente el mantenimiento del staff con recursos genuinos de la empresa. Nosotros somos cuatro personas, yo soy el titular y tengo tres empleadas. Con ingresos cero, mantenerse durante siete meses es complicado y realmente no sabemos qué están esperando para reanudar el turismo”, reclamó.
“A nivel provincial pasa lo mismo, porque hasta que Buenos Aires no habilite los vuelos y lo decida el gobierno nacional, seguirán siendo vuelos especiales para personal esencial o para trasladar medicamentos, o para traer gente a la provincia. He tenido noticia de gente que viene por tierra, manejando por la ruta 3, sin poder entrar a los pueblos, como también le pasa a los camioneros que traen nuestra mercadería”, apuntó.
Devolviendo dinero
Además de no tener ingresos, tienen que devolver cancelaciones de paquetes que ya se habían vendido: “Antes de la pandemia teníamos dos vuelos diarios a Río Grande, sabíamos que no estaban todos vendidos pero había mucha gente que ya había comprado para el verano. Tengo pasajeros que habían comprado para ir al Lollapalooza a fines de marzo, que lo pasaron para noviembre y ahora pasó a noviembre del año que viene. Es imposible reprogramar eso y ni hablar de la gente que tenía viajes afuera programados para julio o agosto”.
“La reprogramación no debería tener un costo, pero en algunos casos sí lo tiene. Las cosas se han flexibilizado bastante porque al principio las líneas aéreas ponían más peros. A raíz de que hace siete meses que no vuelan tampoco se pueden poner en exquisitos. La persona que compra un boleto y no lo usa, tiene un año calendario para usarlo. Si hace siete meses no vuelan y una persona compró un boleto para julio el año pasado en septiembre, ya se venció”, expuso.
Se agrega la situación de LATAM, que no vuela más en Argentina. “Es otro tema. Está devolviendo a cuentagotas los pasajes. Todo lo que teníamos vendido de LATAM de cabotaje casi todo lo tenemos devuelto, tardaron entre 60 y 90 días pero lo estamos devolviendo”, dijo.
Como corolario, está demorada la reglamentación de la ley de emergencia turística: “Hace un mes y medio se aprobó la ley de emergencia turística y al día de hoy no está reglamentada. Estamos esperando eso, porque tardaron seis meses en aprobarla y ahora se tiene que reglamentar. Recién hace una semana se publicó en el Boletín Oficial. Esa ley nos avala como intermediarios, porque nosotros armamos un paquete entero con el pasaje, el hotel, los traslados, alguna excursión. Son distintos operadores y actores con los que no tenemos responsabilidad y ya no tenemos la plata. En algunos casos ya hemos hecho devoluciones, y la seguimos reclamando, pero a su vez tratamos con gente de otros países que tienen otras regulaciones. Por ejemplo Brasil firmó una ley para todos los operadores turísticos y por 180 días están avalados legalmente a no devolver sino solamente reprogramar. Acá en Argentina nunca se firmó”, sostuvo.
Con las aerolíneas low cost ocurre lo mismo y la paralización es común a todos. “Están en la misma situación que Aerolíneas, donde lo único que hay son vuelos sanitarios, tienen el 75% de los empleados suspendidos y no sé si cobran el 100% de los sueldos. Además hay que contar la gente que trabaja en los aeropuertos, en la parte de cargas. Hay empresas internacionales que tampoco vuelan a Argentina, que tenían oficinas y personal en Buenos Aires”, planteó.
Respecto del aeropuerto de Río Grande, dijo que “está abierto, pero no hay vuelos comerciales. Se están haciendo vuelos de carga, el martes viene un avión privado que trae la gente de Total, pero hay una decisión gubernamental de que no haya vuelos comerciales”.
Zona norte olvidada
Finalmente como residente hace 21 años en la provincia y trabajador del sector desde hace 30 años, Juncos lamentó la postergación de la zona norte, en materia de desarrollo turístico. “No tenemos infraestructura turística para aprovechar. Nunca se hizo nada y empecemos por el puerto, más allá del tema turístico. Nos han olvidado muchos gobiernos en la zona norte. Siempre se han destinado los fondos para otro tipo de cosas, no para el turismo. No digo que esté bien o mal, sino que se ha hecho otro tipo de cosas para la zona norte. Supuestamente cuando se hizo el aeropuerto en Ushuaia, el puerto para contenedores iba a ser en Río Grande”, mencionó.
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