El espacio que funciona como un SUM ubicado en Bilbao 825, debe ser desalojado luego de tres años de trabajos comunitarios. En el lugar también funciona un comedor que asiste a 150 personas, por ende, piden ayuda a las autoridades para una reubicación.
Marta es la vecina que durante los últimos años brindó su vivienda de alquiler como un espacio destinado a trabajos solidarios. Ahora por pedido del propietario y con contrato cumplido, deberá abandonar el lugar.
“El problema es que estoy en desalojo, tengo que deshabitar este lugar donde venimos trabajando con tareas comunitarias sin fines de lucro”, dijo la vecina.
“El dueño me pide su casa y se la tengo que ceder. No consigo un lugar para alquilar, acá tenemos ropero comunitario, el comedor, talleres de costura, clases de música donde tenemos muchas otras cosas más para dar, pero ahora se nos traba por esta situación y no sabemos a dónde ir”, agregó Marta.
En ese sentido, sostuvo que en buenos términos se ha accedido al desalojo, sin embargo, ahora la vecina que ayuda la comunidad de forma desinteresada necesita ser escuchada por las autoridades.
“Se terminó el contrato, no tengo propiedad ni nada, entonces tengo que encontrar un lugar para seguir trabajando. A mí lo que me interesa es no parar con esto, hay 150 personas que retiran las viandas. El gobierno tendría que ver que hace tres años vengo aportando con todo mi equipo, asistiendo a muchas personas”.
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