Un ganadero de la zona de Dúngeness, Claudio Oyarzo, ha encendido las alarmas sobre el creciente problema de los cortes en la alambrada que separa Chile de Argentina en la frontera oriental del estrecho de Magallanes. Según Oyarzo, desde 2022 los cortes en la doble alambrada han aumentado, señalando los riesgos que esto implica tanto para la seguridad fronteriza como para la protección del patrimonio fitosanitario del país.
A finales de agosto, desconocidos cortaron su alambrada en dos puntos diferentes, distantes entre uno y dos kilómetros. En incidentes previos, Oyarzo ha encontrado carne envasada y embutidos tirados en su propiedad, lo que sugiere el uso de su estancia para el ingreso clandestino de productos. "Son ingresos ilegales que potencian el riesgo de nuestro patrimonio fitosanitario", advierte.
Este paso clandestino ha sido señalado como una posible ruta utilizada por la criminalidad organizada para traficar drogas, cigarrillos y ropa falsificada entre otros productos. Oyarzo también mencionó que "por acá salieron las camionetas que robaron en Zona Franca y que luego terminaron vendidas en Argentina", lo que refuerza la sospecha de que esta área se ha convertido en un punto estratégico para el contrabando.
Hace apenas diez días, dos nuevos cortes en el alambrado fueron descubiertos, ambos en lados opuestos de la frontera. Según las huellas dejadas por los neumáticos, los contrabandistas o traficantes utilizaban un vehículo pesado. A pesar de esto, no se tiene registro de si ingresaron o salieron del territorio chileno, aunque lograron evadir los controles migratorios.
La preocupación por este paso no habilitado crece en medio de la crisis migratoria que enfrenta la región. No se descarta que los traficantes de migrantes estén usando este sector para introducir extranjeros a la Región de Magallanes, evitando así el control fronterizo de Monte Aymond. Según datos, entre 2021 y 2023, unas 154.696 personas ingresaron al país por pasos no habilitados, principalmente en el extremo norte.
Oyarzo confirma que ha denunciado esta situación ante diversas autoridades, incluyendo Carabineros, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y la Asociación de Ganaderos de Magallanes (Asogama). Los últimos antecedentes fueron recogidos por Carabineros del Retén Cañadón Grande, pero hasta ahora no se ha dado con los responsables.
La Ruta Y-545, que pasa por terrenos de la Sociedad Agrícola y Ganadera Los Pozos, está ubicada a apenas 15 metros de la frontera, lo que hace que sea vulnerable a este tipo de actividades. Además, en algunos puntos del lado argentino, el doble alambrado ni siquiera ha sido completado, lo que facilita aún más el ingreso y salida no autorizada.
El ganadero señala la falta de controles policiales en la Ruta Y-545 y recuerda que anteriormente existía una barrera frente al destacamento de Carabineros que obligaba a los conductores a detenerse. “Creemos que una de las soluciones podría ser reponer esa barrera”, afirmó.
Este sector no es ajeno al contrabando. En 2017, Carabineros detuvo a cuatro personas por recoger cajas con más de 12 mil cajetillas de cigarrillos, valoradas en 25 millones de pesos, que habían sido abandonadas cerca del límite fronterizo. A pesar de este tipo de operativos, Oyarzo destaca que en los últimos incidentes no ha habido avances en las investigaciones.
Finalmente, el ganadero lamenta que la situación afecte no solo a la seguridad, sino también a su actividad, ya que en varias ocasiones ha tenido que trasladar animales que cruzan la frontera debido a los cortes en los alambres. "Para nosotros, esta situación nos genera un tremendo problema", concluyó.
Recientemente, funcionarios de la Dirección de Fronteras y Límites (Difrol) realizaron inspecciones en los hitos fronterizos de la zona, lo que coincidió con la polémica instalación de paneles solares en territorio argentino que generó tensiones diplomáticas entre ambos países en junio.
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