El referente de los almaceneros de Río Grande, Luis Schreiber, dialogó con FM La Isla sobre la “abrupta caída de ventas que se agudiza día a día. No sabemos dónde va a parar esto porque mientras dicen que se va a contener la inflación y se va a mejorar, las listas de aumento llegan constantemente y al vecino el sueldo no le sube para nada. Las fiestas fueron un parate enorme y no recuerdo haber pasado una fecha así con tan pocas ventas. La gente no tenía ganas de festejar. En las fiestas la caída fue de un 50% y el consumo de carne se refleja muchísimo; la gente está consumiendo muy poco y ya no te lleva tres churrascos, se lleva medio kilo de carne picada”.

En este sentido, indicó que “se atraviesa un escenario de crisis con mucha más tristeza que en otra oportunidad. La incertidumbre mata más que el saber que estamos mal, pero que vamos a arrancar a partir de tal situación, pero no saber adónde vas a terminar, es muy difícil. Venimos perdiendo capital porque vendes un producto y cuando vas a reponerlo está más caro y quizá no lo repones porque sabes que no lo vas a vender. Hay productos que ya se dejaron de vender como por ejemplo un vino de calidad, un whisky, las gaseosas de marca más conocidas, está bajando y hasta un paquete de galletitas”.

Asimismo, observó que “la gente lleva pan común y se cambió la gaseosa por un jugo Tang. Se bajó la calidad del vino porque hay algunos que ya son incomparables; el resultado de la caja de ventas, en unidades, es mucho menos. Uno tiene que hacer cargo a la luz y gas que te vino más cara, a los sueldos que tenés que afrontar como las cargas sociales que están muy altas. Cuando se trate el tema, queremos ver de aportar lo nuestro. La gaseosa te sale $2.000 y nosotros la vendemos a $2.500 y esos $500 lo tenés que repartir en tus gastos; hoy tenés que repartirlo sobre $50 que te deja un jugo”.

Para Schreiber, “aquel comerciante que tenía un empleado para estar más aliviado, seguramente tendrá que prescindir de él porque no lo va a poder afrontar. En mi negocio, somos tres y es básico. No tengo grandes problemas, pero si se me está complicando, pero algún comercio con seis o siete empleados, de alguna forma, tendrá que buscar arreglar la situación porque no la va a pasar bien. No podemos pagar el mismo nivel de cargas que aquellos comercios que facturan seis veces más que nosotros. Con este gobierno no sé si se va a poder discutir esto, pero en algún momento se debe discutir. Con los sindicatos se puede charlar, pero no sé si podremos arreglar algo. A ellos les interesa mucho que se mantenga la fuente de trabajo al igual que nosotros”.

Finalmente, advirtió que “los vecinos del almacén ya se están quedando sin trabajo y el desempleo aumenta cada vez más. Es algo que está pagando y se ve día a día y es lo más triste. Uno ganando mal y todo, teniendo empleo, podés pelearla, pero sin empleo, tenés que vender lo poco que tenés y es una lástima esto”.