El representante de los almaceneros Luís Schreiber, miembro de la Cámara de Comercio de Río Grande, dialogó con Radio Universidad 93.5 sobre la situación del sector y puso sobre la mesa la informalidad que se observa fundamentalmente en la margen sur, donde solamente el 20% de los comercios estaría habilitado.
“La situación está difícil, como no se veía en años. Cada vez hay menos ventas, la gente se cuida mucho y llega medio mes con el efectivo y medio mes con la tarjeta. Las ventas han caído un montón, si bien a nivel del año tenemos la misma cantidad de efectivo, hay que tener en cuenta el 100% de inflación y la caída de ventas en cantidad y calidad de productos”, dijo.
La famosa libreta del almacenero sigue funcionando, pero “con vecinos con los que tenemos mucha confianza y sabemos que no van a fallar. Ya no es como antes, son menos días de espera y se usa para lo indispensable. Sigue existiendo pero son muy pocos los que la usan, por lo general son negocios de barrio que están hace muchos años, se conocen con los clientes y se tiene cierta confianza con el vecino, pero está difícil para el vecino y para nosotros”, afirmó.
También dio cuenta del cambio del consumidor, que “se vuelca a los precios más baratos pero con relativa calidad. En el almacén la gente compra para el día, a lo sumo para la semana. Antes la gente iba al supermercado para tener para todo el mes y después se manejaba con el barrio, pero se han dado cuenta de que lo que es indispensable el supermercado no lo tiene barato. No les sirve, salvo que lo paguen en cuotas, pero se nota que la gente está endeudada altamente con las tarjetas. Es una cadena de la que es difícil salir. Sin duda el sueldo no alcanza y ha caído con relación a los sueldos que teníamos en años anteriores. No acompañan la inflación y la gente no llega. Aparte hablan de un porcentaje de inflación pero cuando van a comprar se habla de un 20% por mes, aunque el dólar no se movió y se habla de una inflación del 7%. Hay aumentos por la inflación y también por las dudas”, dijo.
“El consumo ha bajado en todo, sobre todo en calidad de productos y diferencia de marcas. Antes llevaban una gaseosa de primera marca y ahora se llevan un jugo en polvo, también buscan los fideos más baratos. No significa que no consuman porque tienen que comer, pero está bajando en cantidades y en calidades”, reiteró.
“Desde la pandemia para acá venimos bajando mes a mes. Los comercios como el mío o los almacenes de barrio en plena pandemia trabajaron mucho más. Lo que se había caído mucho eran las panaderías, porque la gente se quedaba en la casa y hacía su pan. El consumo de carne bajó también. Yo vendo pollo y carnes rojas, aumenta la carne y atrás aumenta el pollo. En el tema de lácteos subió mucho hace un par de semanas, ahora se estabilizó un poco pero no sabemos hasta cuándo. Está bajo el consumo de todo”, manifestó.
Informalidad en Margen Sur
Puntualmente hizo referencia a la situación en Margen Sur, por el nivel de informalidad de los comercios. “Van a tener que hacer algo porque hay muchos negocios sin habilitar. Esto se ha planteado con algunos comerciantes del rubro dentro de la Cámara de Comercio de Río Grande, sobre todo en el tema de vestimenta, de zapatillas, de juguetes, porque se ven muchas ferias. En el tema de alimentos en la margen sur hay muchos sin habilitar. Sacamos cuentas y hay un 20% habilitado, el resto está todos en negro. Hay muchas cuadras donde se ven tres o cuatro comercios y hay de todo. Inclusive nos comentaba el gremio de nuestros empleados que no habían podido hacer un relevamiento como corresponde porque no pueden entrar a una casa particular. Hay que buscar la manera de trabajar en conjunto para que vayan a verificar. Uno no dice que haya que cerrar todo, porque hay gente que tiene que vivir y a lo mejor está tratando de ponerse en condiciones para habilitar el día de mañana, pero lo importante es que vayan haciendo las cosas en la medida que puedan, si tienen un empleado en negro que lo vayan poniendo en blanco y le hagan un contrato. Deberían ir haciendo algo por ese sector porque la verdad que se están quejando mucho quienes están habilitados como corresponde, pagan los impuestos y siempre los van a inspeccionar, cuando a dos o tres cuadras hay cinco comercios que no están habilitados. Los inspectores dicen que no pueden entrar a un comercio que no está habilitado, pero algo hay que hacer. Nosotros tratamos esto con el Secretario de Comercio, porque deberían ponerse de acuerdo con otros organismos para trabajar en conjunto y salir a hacer las cosas que deben hacer”, reclamó.
“Nuestro sector está castigado, si bien siempre vamos a estar más beneficiados que el sector que vende ropa u otros artículos que no son de primera necesidad, porque comer siempre se tiene que comer. Igualmente las ventas están muy caídas y estamos todos cuidando los costos para poder llegar a fin de mes”, concluyó.
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