
Durante el fin de semana, luego del brutal femicidio de Yohana —la joven asesinada el pasado miércoles—, numerosas mujeres comenzaron a volcarse a las redes sociales para expresar su preocupación y visibilizar situaciones de violencia que atraviesan con sus exparejas.
A través de publicaciones en sus cuentas personales, muchas decidieron relatar sus experiencias y denunciar públicamente a quienes, según afirman, las hostigan, agreden o amenazan. Algunas compartieron capturas de conversaciones, imágenes de los hombres señalados y mensajes de advertencia a otras mujeres. En varios casos, reclamaron celeridad en los procesos judiciales y cuestionaron la falta de respuestas concretas por parte del sistema de justicia.
“Es el miedo lo que nos mueve, no queremos terminar como Yohana”, expresaron en algunos posteos. Las redes se transformaron así en un canal de desahogo, pero también de alerta colectiva, donde cientos de mujeres se unieron para compartir su dolor, exigir protección y advertir sobre comportamientos violentos que, según relatan, muchas veces no encuentran eco en las instituciones.
Este fenómeno vuelve a poner en agenda la urgencia de reforzar políticas públicas que aborden la violencia de género desde la prevención, la protección efectiva y la justicia con perspectiva de género.
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