Profesionales médicos vuelven a estar en la mira de la comunidad de Río Grande luego de que se conociera el triste fallecimiento de la señora Adriana Bonahora, quien fue intervenida en el Sanatorio Fueguino, y que luego, según denunció su marido, perdió la vida por una presunta “sepsis” que desencadenó en más de cinco paros cardiacos. “Mi mujer la luchó hasta al final y nadie la ayudó”, lamentó su marido, Edgardo Ezequiel Silveira en diálogo con Minuto Fueguino.
Según relató, la operación era de “rutina” para intervenir un pólipo de colon dos centímetros. “Nosotros fuimos al Sanatorio Fueguino porque ella tenía tránsito lento y la consulta fue con la gastroenteróloga por ese motivo. Ella le hizo una colonoscopia y ahí le descubrieron un pólipo de dos centímetros y nos derivó al cirujano porque aparentemente no se lo habían podido sacar. Él cirujano nos dijo que la única opción era la operación y ya estableció una fecha. Nosotros consultamos si no había algo menos invasivo y nos dijo que había que ser totalmente agresivos y extirpar directamente una parte del colon y ya nos dio la fecha; también nos explicó que dentro de esos riesgos estaba que se abra la herida pero que se podía controlar”.
En este sentido, reiteró que “específicamente nos dijo que ese podía ser el riesgo, pero que iba a estar controlado”. El cirujano, de apellido Goycochea, intervino a Adriana el lunes 15 de mayo y según explicó su marido a raíz de los dichos del propio médico, “la operación salió todo bien. Nos dieron el parte, pasa a terapia donde estuvo cuatro días, y luego tres días en sala común. El lunes 22 a las 15:00 le dan el alta, y en apariencia estaba bien, nos dijeron que estaba lista, y que tenía que caminar, ir de cuerpo y moverse. Ella estaba muy cansada y dolorida y no se movió prácticamente. A la noche se fue desmejorando con más dolor y los calmantes no le hacían efecto y le costaba respirar así que a las 03:00 AM la llevé a la guardia del Sanatorio Fueguino nuevamente y ahí nos atendió un médico de guardia de apellido Morales, quien no la atendió y solo se limitó a decirnos que iba a llamar a su cirujano (Goycochea). La dejaron dos horas en una silla de ruedas y un enfermero trató de ponerle una vía y no pudo, estuvo con dolor durante más de dos horas, mientras yo peleaba para ver qué iba a pasar. Después nos pasaron a una sala común. El médico no apareció hasta las 8:00 AM y nosotros estábamos muy cansados. Cuando aparece el médico, le hizo un estudio para revisar el abdomen y ahí dijo que la operación estaba bien, pero que habían encontrado líquido en los pulmones y que aparentemente mi mujer tenía neumonía, algo totalmente diferente a lo diagnosticado en un primer momento. Nos dijo que podía ser algo intrahospitalario y que no me preocupe que la iban a pasar a terapia”.
Mientras tanto, pasaban las horas y “a mi señora no la pasaban a terapia. Recién a las 18:00 HS pasó a terapia y en le medio, a las 14:00 HS, el médico nos dijo que se estaba yendo y nos dijo que en el estudio de sangre habían detectado que tenía pancreatitis o algo relacionado a eso. De vuelta le pregunté cómo podía ser si a mi mujer le habían sacado un montón de veces sangre y nunca lo notaron y encima le dieron el alta en esa condición. A las 18:00 me atendió otro médico y 30 minutos después me di cuenta que algo raro pasaba porque no dejaban entrar a nadie en terapia y había como un revuelo y solo me llamaron a mí y ahí me di cuenta que había algo grave. A las 19:00 me dicen que mi mujer tenía una infección grande y en el drenaje que ella tenía sienten olor a materia fecal y ella tiene una serie de síntomas que todo les hacía indicar que tiene infección grave. El otro médico me dijo que iba a llamar al cirujano que atendió a mi mujer para que se haga cargo y decida qué hacer. Me quedé esperando en el Fueguino y casi a las 20:00 HS me dijeron que iban a ingresar a explorarla y eso fue todo lo que me dijeron”.
Continuando con el relato, agregó: “esperé y a las 22:30 o 22:45 me llaman para decirme que había salido de la operación descompensada con pronóstico reservado y no me explicaron qué le hicieron. Me dijeron que solo había que esperar y yo me fui a casa a buscar a mi suegra que había venido de Buenos Aires y le comenté todo lo que había pasado y a la 01:00 AM me llaman para decirme que había tenido un paro cardiaco. Nos fuimos rajando para el Fueguino y en esos diez minutos el médico nos dijo que tuvo dos paros cardiacos más y que estaban tratando de hacer todo lo posible para estabilizarla. Estuvimos dos horas esperando ahí hasta las 3:00 de la mañana mientras ellos se peleaban. Y a las 3:’’ de la mañana sale el médico para decirme que mi mujer había tenido cinco paros cardiacos y había fallecido. La peleó y no se pudo recuperar”.
Según relató su marido, “la única explicación que tuve del médico cirujano después de que salió fue que no sabía qué había pasado que se abrió la herida del colon y eso es todo lo que me dijo. Se fue y no lo vi más. Nadie me dio ninguna explicación. Yo supuse que ella falleció por una sepsis porque se abrió la herida y el paro fue porque no aguantó la terrible infección que tenía y nadie se dio cuenta a tiempo. No sé si los médicos me mintieron, pero no tomaron con seriedad la gravedad que tenía mi mujer. No puedo creer cómo el médico de terapia en media hora se dio cuenta que mi mujer tenía una infección grave y durante todo el día, el resto se dio cuenta (ni el médico de guardia ni el cirujano)”.
“Ella peleó muchísimo y nadie la ayudó. El cirujano no le prestó la suficiente atención y si alguien se hubiera puesto a ver realmente qué es lo que tenía mi mujer, estaría viva hoy en día”, concluyó.
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