Ubicado en Tierra del Fuego, el pintoresco pueblo de Almanza alberga a 147 habitantes que en su mayoría se dedican a la pesca artesanal y a la gastronomía, abasteciendo a las ciudades de Río Grande, Ushuaia y Tolhuin con productos frescos como mejillones, centollas, cholgas y truchas. Este destino, situado en la Ruta Complementaria J, ha captado la atención de turistas internacionales por su carácter rústico y su compromiso con la conservación ambiental, manteniendo una arquitectura única hecha en su mayoría con madera de lenga.

Almanza es un sitio valorado por su enfoque sustentable. Para preservar sus aguas y el entorno natural, los residentes han implementado sistemas de biodigestores y realizan controles semanales de la calidad del agua, evitando así la contaminación en el canal de Beagle. Además de sus actividades pesqueras, los pescadores locales han transformado sus hogares en restaurantes que brindan una experiencia gastronómica única, donde los visitantes pueden disfrutar de mariscos y pescados frescos en un entorno auténtico y acogedor.

El pueblo cuenta con servicios esenciales como un destacamento de policía, un puesto fijo de Vialidad Provincial y visitas de un médico itinerante cada 15 días. Asimismo, el acceso a Internet se ha optimizado gracias a una conexión que proviene desde Puerto Williams, lo cual permite una comunicación estable, aunque limitada, con el exterior.

En el ámbito del turismo, Almanza ofrece una propuesta que incluye tanto alojamientos familiares tipo “dormi” como espacios para acampar frente al canal. La comunidad recibe cada temporada a chefs de distintos puntos del país que vienen a aportar su creatividad a los restaurantes locales, enriqueciendo así la oferta gastronómica. Almanza también celebra la Fiesta de la Cerveza en febrero, un evento que reúne a productores y vecinos, fortaleciendo el lazo comunitario en torno a la producción artesanal y la conservación del entorno.

La población de Almanza ha manifestado su deseo de mantener su identidad y autonomía frente a proyectos de expansión del ejido urbano de Ushuaia. Los residentes prefieren que el pueblo conserve su esencia rústica y sustentable, sin integrarse al desarrollo urbano de la ciudad, preservando así la calidad de sus recursos naturales y la tranquilidad que los caracteriza.

Almanza se consolida como un referente de turismo sustentable y producción artesanal, ofreciendo a sus visitantes una experiencia única en contacto directo con la naturaleza y los productores locales, quienes, mediante un modelo de gestión comunitaria, buscan resguardar este paraíso para futuras generaciones.