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Ushuaia

Luis Galli, de Newsan: "Si la Argentina no prorroga el régimen de TDF nos van a invadir productos brasileños"

Si una empresa pudiese resumir las particularidades del ecosistema argentino, Newsan sería una buena candidata. Desde 1991, cuando Rubén Cherñajovsky decidió fusionar Sansei y la japonesa Sanyo en la Argentina que son un ejemplo de resiliencia en ciclos de expansión y retracción de la economía: cuando había que sustituir importaciones, crearon Newsan Foods, una unidad de negocios con foco en pesca que ya factura millones por sí misma; cuando tuvieron que achicar la fabricación local, le pusieron empeño a la distribución y a la ampliación a nuevas categorías de producto, como los colchones.

Hoy, el impulso está en la producción de productos de marcas propias -como Philco o Atma-, en las de terceros -como los celulares de Motorola o los lavarropas de LG- y también en la distribución de esos productos a sus canales de venta. "Cuando Newsan ve una oportunidad, allá va", reconoce su CEO Luis Galli, con distancia social, a APERTURA. "Eso es una ventaja en un mundo donde, a veces, los empresarios persisten con una idea hasta que es demasiado tarde". Un ejemplo de esto: en 2015, habían anunciado una asociación con la danesa Vestas para producir aerogeneradores, un negocio que disolvieron recientemente. No es personal, así son los negocios, una filosofía pragmática que el mismo Cherñajovsky en una entrevista en 2019 con Infotechnology: "Tratamos de no ir contra el mar, porque el mar te vence".

Galli entiende esto de primera mano: fue el elegido por el fundador para profesionalizar la compañía; lo fue a buscar al negocio de los medios, donde se desempeñaba en ese momento, y por eso también es tan buen vocero. Azuleño, contador de origen, fue responsable de algunos de los años de mayor bonanza de la empresa que tiene sus oficinas en Saavedra: pragmático, focalizado en la ejecución, prudente son algunas de las palabras que usan sus colaboradores para definirlo. Galli está en la diaria y por eso es quizás quien más conoce todas las aristas de su negocio que en 2020, año pandémico, sufrió cierres de fábricas, un salto en el tipo de cambio y los retrasos de sus proveedores externos, muchos de ellos en China, que afectaron su producción.

¿Cómo se está recuperando el negocio después de 2020, un año bisagra para tantas industrias?

El sector de electrodomésticos hoy está bien; empezó a arrancar en el cuatro trimestre del año pasado y hoy, por suerte, sigue mostrando números positivos si los comparás con el año pasado. Claramente, la coyuntura hoy ayuda: pandemia mediante, la gente dejó de gastar en algunos ítems como turismo y gastronomía y sí a mejorar su casa, lo que ayudó mucho en el segmento de electrónica de consumo. Además, al crecer el home office, también hubo un desgaste de los propios productos que impulsó la demanda a principios de este año y la facilidad en la financiación, con programas como Ahora 12, ayudaron. En la Argentina, muchas veces el driver de compra son las cuotas. Si ves como está el peso, los bienes durables son una buena inversión. Esa combinación hizo que el negocio se recupere y este año puede cerrar entre 10 y 15 por ciento por encima del año pasado. Obviamente, todo va a depender del tema sanitario porque puede afectar nuestra producción, como lo hizo el año pasado.

¿Cómo pudieron resolverlo?

Hubo problemas por varios frentes el año pasado. Por un lado, y como decís, tuvimos dos meses de inactividad. La primera parte fue en marzo y abril y después 10 días en agosto y septiembre. Los negocios como los nuestros tienen un ciclo largo de stock, no es que comprás y vendés. Entonces el mercado en 2020 estuvo condicionado por esa oferta. De no haber existido ese cierre seguramente la recuperación que estamos viendo este año hubiese sido mayor. Y hay que reconocerlo: en algunas categorías clave, como celulares y línea blanca, hubo escasez vinculada a las capacidades productivas que fijó el Gobierno. Y en esas condiciones también tenías que analizar cuándo podrías fabricar. ¿Cómo lo manejamos? Tenés que tener un vínculo muy bueno y también solidez financiera para que los clientes y partners entiendan que se van a recuperar. Este marzo rompimos récord de producción de celulares por una clara restricción de la oferta que hubo el año pasado. Y así nos vamos recuperando. Este rebote no se ve solo en la Argentina porque los Estados en todas partes del mundo asistieron a sus ciudadanos con fondos. Con más plata en el bolsillo hubo un efecto consumo extraordinario en el segmento que afectó nuestro supply.

Decía que, en algún punto, el boom de demanda que se dio en estos meses también afectó el supply chain. ¿Cómo manejaron la relación con China; tuvieron limitación al plan de divisas que habían presentado prepandemia?

No tuvimos ningún problema para pagar; todo lo que fue con autorización de licencias no automáticas para insumos y disposición de pagos del BCRA nunca se interrumpió. Tuvimos un flujo normal de fondos. Lo que sí condicionó y mucho la oferta disponible fue el cierre de plantas y la cantidad de kits que llegaban a la Argentina para fabricar.

¿Hubo algún traslado a precios en esa situación de demanda más acotada?

Cuando participás de la electrónica de consumo hay muchos fabricantes y el traslado a precios no es tan sencillo. En televisores, somos 10 fabricantes. Y es muy difícil que puedas trasladar un aumento de costos a precios. Es diferente cuando sos importador, como en el caso de las computadoras: ahí los importadores te enchufan un precio en dólares. En el caso de la fabricación local, y como ocurre con televisores, celulares, aires acondicionados, ese pass through no se hace de forma directa porque hay competencia y mayor oferta. En momentos como el de ahora, en el que ya está normalizado el abastecimiento se verifica que los precios están bastante estabilizados.

¿Qué tanto tiene que ver cierta estabilización del dólar; o, mejor dicho, cierta previsibilidad con un modelo con crawling peg?

Los precios dependen del dólar. Punto. La inflación de los proveedores y la variación del dólar determinan las variaciones de precios. Ahora hay una oferta más importante y un dólar estabilizado con niveles de devaluación certeros entonces no hay chances de que haya saltos bruscos en los precios.

¿Y con Foods tuvieron algunos de los mismos problemas?

Por el lado de las exportaciones, hay que reconocer que hubo un enfriamiento. Algunos de nuestros mejores clientes, que son hoteles y restaurantes, se vieron bastante afectados por las medidas que tuvieron que tomarse por la pandemia. Nosotros exportamos pesca y muchos de ellos estuvieron cerrados o van a cerrar para siempre. En eso, seguro, afectó volúmenes y precios.

¿Pudieron recuperarse ahí también, teniendo en cuenta los cierres definitivos que existieron en casi todas las economías a las que Newsan apunta?

Así como hubo una situación de pánico en los primeros meses de la pandemia, después pasó que muchas economías crecieron muy rápido. Y de la mano de ese consumo nuevo estamos volviendo a crecer. Exportamos a 70 países entonces cuando uno se cae, otro se levanta y se pueden sustituir. Y eso atenuó un poco la situación y nos ayudó a salir más rápido. Pero no fue magia: hubo que acomodar la logística, adaptarse a nuevos protocolos y y a una nueva forma de trabajo en general que implicó cambios en aduanas, en envíos, en plantas. Fue como resetearnos y empezar de cero. Lo que consiguió hace un mes el Gobierno argentino, que se puedan reanudar las exportaciones de langostinos a Brasil que habían estado bloqueadas desde 2013, es muy positivo. Brasil es un mercado clave y ya están saliendo los primeros embarques. Eran barreras no arancelarias que no tenían sentido. Lo que necesita la Argentina es que se puedan abrir más mercados de exportación para revertir la escasez de dólares. Y nosotros estamos en esa sintonía.

Habían empezado con pesca pero después habían expandido el negocio a miel, carnes... ¿Hoy en qué quedó eso?

En la pesca seguimos creciendo de manera orgánica porque participamos en toda la cadena de valor: captura, procesamiento, enfriamiento, trading y marketing. Tenemos barcos propios y también de terceros para hacer todo esto y, claramente, pesca es nuestra categoría de negocios más importante dentro de Foods y vamos a invertir US$ 20 millones en un nuevo barco. Y ampliamos la categoría con truchas arcoíris y otro de mejillones: esos dos son nuestros proyectos de crecimiento para 2021. Y miel también estamos exportando, dando nuestros primeros pasos en maní y aceite de maní y también en carne porcina. Haciendo lo mismo que hicimos con pesca: entrando primero en trading con acuerdos con frigoríficos para llevar esos productos al mundo. Ahí hay una enorme oportunidad de unos US$ 300 millones, una cifra que vamos a exportar este año.

"Lo que necesita la Argentina es que se puedan abrir más mercados de exportación para revertir la escasez de dólares. Estamos en esa sintonía".

Pensar que nació para compensar divisas...

Sí, nació así, para equilibrar exportación por importación entre nuestros negocios. Pero hoy ya es una unidad propia y con su peso propio. Somos la principal empresa exportadora de pesca de la Argentina. Y claro que nos ayuda a balancear financieramente el negocio. Pero ya va por otro lado.

LA COMPETITIVIDAD DE LA ISLA

Volviendo al régimen de Tierra del Fuego, siempre se le achaca la competitividad. ¿El segmento va a poder exportar al Mercosur productos hechos en la isla?

Es difícil exportar productos electrónicos porque hay un gran productor, que es China, con una escala con la que es imposible competir. Eso complica cualquier proyecto de exportación porque es 20, 30 veces el mercado argentino. Nosotros tenemos una economía de escala insuficiente para eso. Pero sin perjuicio de eso, la industria electrónica de Tierra del Fuego ha abastecido muy competitivamente al mercado argentino que, lamentablemente, se vio muy golpeado por algunas decisiones de los últimos años. Hoy, por bajar el arancel a 0 por ciento en computadoras, hay escasez y lo que hay está caro y viejo. Eso no pasa con otros productos que se hacen acá. Y además hay créditos, plantas, inversión, todo un supply chain, distribución, es toda una industria y miles de puestos de trabajo de los que estamos hablando. Si elegís el otro modelo, los distribuidores y el empleo están en Miami, no en el país.

Brasil tiene un régimen parecido al nuestro, en Manaos, que garantiza esa oferta interna. ¿Les preocupa que se acerque la fecha de vencimiento en Tierra del Fuego y que ellos hayan negociado seguir hasta 2073?

Brasil tiene una industria parecida a la nuestra en Manaos y en Campiñas para garantizar esto mismo: que haya una oferta disponible y competitiva. Y lo que consiguieron es un régimen con previsibilidad. Si la Argentina no prorroga en las mismas condiciones te vas a encontrar con una invasión de productos brasileños, porque no pagan impuestos aduaneros. Los Gobiernos, nuestra cámara que es Afarte y los sindicatos estamos trabajando en la misma línea para lograr esa prórroga. Todos queremos ver de cuántos años va a ser pero no tengo dudas de que darle continuidad es lo mejor que le puede pasar a la Argentina.

El Programa Juana Manso que se lanzó con el visto bueno del Gobierno para distribuir computadoras y en los que Newsan está metido como proveedor, ¿les da esperanzas de que se revierta el arancel 0 para computadoras?

Sí, se reanudaron programas para los chicos que menos recursos también puedan mantener la virtualidad en las clases y achicar esa desigualdad. A fines del año pasado se lanzó el programa Juana Manso para lograr justamente eso y la última licitación fue de 400.000 máquinas, adjudicadas hace poco. Y en el proyecto están metidas como ocho o nueve empresas lo cual es buenísimo porque muchas estuvieron casi inactivas durante estos últimos años y da la posibilidad de poner en marcha plantas de computadoras que van a generar más empleo. Y si eso se hace extensivo a las computadoras de uso masivo vamos a poder garantizar stock a precios más normales de los que existen hoy en el mercado. Es un debate que todavía se está dando. Lo que pasa es que para cambiar de modelo tenés que pasar siempre por un periodo de estrés de fabricación y si tenés menos stock del que deberías por una demanda extraordinaria como la de hoy hasta que se resuelva nadie va a firmar una resolución para agravar el abastecimiento. Pero, y esta es una visión personal, cuando el Gobierno se sienta más cómodo, va a haber un cambio de modelo. No sé bien en qué tiempos pero los países como el nuestro necesitan empresas que sigan invirtiendo y hay que darles un marco, acompañarlas. Desde el año pasado que estamos con un plan de puesta en marcha de 17 líneas de fabricación que antes veníamos importando y vamos a sustituir: hablo de lavarropas, batidoras, licuadoras, bicicletas, calefacción, hornos grill, termotanques y vamos a seguir siendo protagonistas, porque los fuimos en todos los ciclos económicos. Si las reglas del juego nos marcan que tenemos que fabricar, a eso vamos. Si es importar, importamos. Nuestro activo más importante es que sorteamos las crisis incluso cuando la economía argentina no siempre ayuda.

FUENTE: Revista Apertura.

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